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Es lamentable caminar por los pasillos de las universidades venezolanas y presenciar la soledad que en ellas prevalece, las cifras aumenta mes tras mes debido a la crisis económica que se vive actualmente en Venezuela.

La cifra de jóvenes que prefieren dejar de lado el crecimiento académico va cuesta arriba, es más factible salir a trabajar que estudiar en “tiempos de crisis” pues el sueño de ser profesional quedó en el pasado porque no existe garantía para culminar una carrera universitaria.

La Universidad De Los Andes (ULA) el año pasado publicó la cifra de estudiantes que se retiraron entre el año  2012 y el 2016, el estudio arrojó a un 100% de alumnos que prefieren salir de la casa de estudio que continuar con la preparación profesional.

Del mismo modo la Universidad del Zulia (LUZ) también presenta síntomas de desesperación al ver las facultades vacías, el estudio de dicha universidad mostró que un 34% de la población estudiantil decidió marcharse, esto solo en la facultad de Ciencias Políticas y Jurídicas, así lo mencionó Diana Romero La Roche Decana de la facultad.

La Venezuela actual se convirtió en el país de la «supervivencia» es mejor salir a trabajar que invertir en estudios, es como lo denotan los jóvenes que prefirieron dejar de lado la preparación académica.

No basta con solo mencionar el estudio, más allá de ello existen infinidades de necesidades para continuar con la preparación intelectual, entre ellos el pasaje, la comida, la residencia y más, hoy en día se volvió «misión imposible» los altos costos solo dan para cubrir lo esencial.

No solo existe el abandono estudiantil por la falta de recursos, también existe una cantidad elevada de jóvenes que prefirieron salir del país para encontrar la mejor calidad de vida porque aquí nunca fue hallada.

La deserción estudiantil actual pasó a la historia, dejando fatiga en la sociedad venezolana, ya la superación no es ni «deseo» ni «necesidad» actualmente las esperanzas son abrir los ojos en una Venezuela de antier.