En Venezuela toda la población se ha visto en la obligación de cambiar aspectos de su vida cotidiana. Lo que antes era algo normal de adquirir o hacer ahora se ha vuelto un lujo, ya que vivimos una de las mayores crisis sociales de toda la historia, con una gran desmejora en nuestra calidad de vida; no sólo causada por la pérdida de la capacidad adquisitiva que limita nuestro consumo, sino por los preocupantes niveles de desabastecimiento: en alimentos, medicinas, repuestos, entre otros.
En la comida y salud es donde más nos hemos visto afectados, por ejemplo, comprar granos, huevos, queso no era costoso, actualmente con un sueldo mínimo no alcanza para adquirir al menos un kilo de cada producto nombrado anteriormente, y en el caso de las medicinas se ha vuelto, por una parte, imposible conseguirlas, y por otra, si lo haces, el costo hace inaccesible adquirirlas.
El venezolano se ha visto en la necesidad de reducir sus platos de comida, entretenimientos, paseos, para poder sobrevivir en un país que se muestra con un presente y hasta con un futuro inseguro e incierto. Pero más allá de todo eso, es preocupante ver como la sociedad venezolana tal vez sin intenciones, ha perdido los valores.
El modelo implantado por el régimen logró que todos fuéramos victimas del mismo, llevando a que los ciudadanos perdieran el control de sí mismos y no tengan la noción de lo que es correcto e incorrecto, perdiendo así la ética, la moral, los valores, la justicia, el respeto, la tolerancia, la honestidad y no menos importante el valor de la vida.
Por eso es imprescindible rediseñar y volver a educar a la sociedad, empezando desde los niños que son el pilar fundamental del futuro. Recalcando cinco valores fundamentales como lo son la libertad, igualdad, propiedad (nuestra vida es la primera propiedad), justicia y esfuerzo, que además de que son un foco prioritario para nuestra organización política deberían serlo para toda la sociedad.
@IrsDaniela