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Para nadie es un secreto la realidad universitaria, tanto profesores como alumnos; ir a la universidad es encontrar gran cantidad de aulas vacías y otras medias llenas para no hacer énfasis en la falta de matrícula que ¿de verdad creen que es relevante la falta de jóvenes en las instituciones?, no es relevante, es preocupante.

Es triste observar que cada vez la regularidad de asistencia es menor y esto a costa de muchos factores que lo engloban en uno solo, el tema: país. Ese tema país, nos afecta de múltiples maneras a nosotros, los estudiantes. Cada persona posee su realidad  diferente y se desenvuelve en ella de la forma que le plazca pero todos los aspectos que la crisis desarrolla influyen es esas realidades personales de una u otra manera sin que podamos escapar de ellos.

El régimen ha destruido la mayor cantidad de sueños y esperanzas en los jóvenes, obligándolos drásticamente a cambiar su modo de vida (si es que se le puede seguir llamando así a la crisis en pleno por la cual atravesamos), las matriculas se encuentran por el subsuelo no por gusto si no por necesidad; necesidad a subsistir.

Las principales causas de la deserción son: el dejar de ser una carga para convertirme en un ingreso (cambiar estudios por trabajo); “tener que” no “deber”, tener que comenzar a trabajar para poder sumar una entrada de dinero extra para poder de alguna forma cubrir todos los gastos necesario.

Ahora bien, el transporte: el traslado desde la universidad a los diferentes destinos o viceversa se hace algo complicado ya que existen pocas unidades de servicio gracias a que la mayoría están dañadas y sin repuestos, entonces se hace algo intrincada la ruta sin mencionar la cantidad de tiempo que se tiene que permanecer en una parada de autobús. Sumando otro aspecto, el efectivo: esnecesario contar con dinero efectivo para poder costear los servicios de transporte, los cuales a veces exageran abruptamente el precio por la falta del mismo abusando de la necesidad de los usuarios.

Sin ser suficiente todo lo anterior también aunamos los profesores: las universidades carecen de docentes, bien sea por los bajos salarios o por tema de emigración; entonces se hace complicado para un joven que hace el esfuerzo de luchar contra los problemas anteriores (conseguir efectivo y lidiar con el transporte) llegar a la universidad para no recibir clase, y esa allí por donde optan por trabajar y abandonar los estudios. No solo son estos cuatro ítems, también  abandonar las casas de estudio puede ser producto de la seguridad, alimentación, incluso vestimenta.

La dictadura es la única responsable de estos problemas, que al pasar el tiempo solo se siguen agudizando más y más sin respuesta alguna para la crisis. Mienten a los jóvenes ofreciendo “ayudas” como la nueva “Beca Sucre”, ayudas en las cuales tienes que primero reportarte en un punto de control, no es ayuda es manipulación. El régimen pretende con migajas de dinero comprar los sueños de los jóvenes, comprar mentes brillantes que quizás el mundo no pueda descubrir porque un gobierno incompetente lo obligo a dejar de estudiar.

En un balance publicado, el secretario de estudios de la Universidad Central de Venezuela el doctor Amalio Belmonte, hace mención acerca de un 60% de deserción estudiantil por parte del sector universitario del país. Por otro lado el mismo aseguro que “estudiar para un joven es un reto, una situación casi imposible de satisfacer”, porque el estudiante no tiene muchas opciones, posponer su condición de estudiante para comenzar en el ámbito laboral o complementa los estudios con el trabajo, lo que hace que se prolongue el tiempo de estudio de una carrera.

Decir que las aulas se encuentran medio llenas es intentar tapar la realidad con un dedo, lo cual es imposible de hacer; una crisis tan destructora de sueños y esperanzas, de metas que muchos jóvenes tienen que dejar en el vacío o en el aire con un “mientras tanto”, donde solo la voluntad de ser una persona preparada no basta para alcanzarlo, nos desmotiva; el régimen nos arropa y nos asfixia al mismo tiempo.

Pero jóvenes, a pesar de la oscuridad no dejen de aportar un grano de arena a su tierra que, dentro de poco esos “mientras tanto” que dejamos se convertirán en realidades, esos sueños dejaran de ser imposibles y la voluntad de ser mejor cada día, mejor persona, mejor profesional abundara, convirtiéndose en una meta lograda.