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Teniendo en cuenta que enfrentamos un régimen totalitario, terrorista y oprobioso, dirigido por una banda de criminales que parecieran que hubiesen sido sacados de alguna de las obras más espeluznantes de Stephen King, que no han escatimado en las formas más horrorosas de opresión y represión hacia a los ciudadanos, hasta el punto tal de masacrar y torturar a quien ose a rebelarse como ha sido el caso de los 43 manifestantes asesinados durante las protestas del 2014 e igualmente los 157 asesinados en el 2017, así como también una interminable lista de privados de libertad y torturados en las cárceles venezolanas, también podemos agregar que han causado un gran daño y una intransigente degradación moral del individuo que pueden ser catalogados como crímenes psicológicos, ya que, han hecho un uso ilegal e indiscriminado de la coacción del Estado para modificar las conductas de ciudadanos con el propósito de hacer cumplir fines políticos.

Ejemplos de esto: El carnet de la patria para el acceso al derecho a la alimentación, el derecho a la salud, el derecho a la educación y la obtención de servicios públicos haciendo que el ciudadano esté a su completa merced y sea dependiente de ellos.

El día de hoy contamos con ciudadanos que ya no aguantan el hambre, que se debaten entre la vida y la muerte por falta de medicinas y lloran a diario por la separación de sus familias, pero lo más importante, también hay una Nación que perdió el miedo y que está en plena erosión con un solo deseo: acabar con esta desgracia y vivir su vida en el verdadero sentido de la palabra VIDA.

La coyuntura del país está en su punto de inflexión y si no hacemos algo al respecto, la hecatombe eclosionará, por eso quizás hablar o proponer la dimisión del dictador Nicolás Maduro, resulte utópico o  hasta sacado de una novela de ciencia ficción, pero sin  embargo, si analizamos la historia y la salida de regímenes totalitarios anteriores, no está para nada alejado de la realidad y podemosgarantizar que esta medida es en lo sumo posible y constituye un gran acto de rebeldía ante tanta injusticia y ultraje a los derechos humanos.

Nosotros como ciudadanos que sentimos un profundo amor por nuestra patria, somos libres para expresarnos, para denunciar y sobre todo para hacer respetar nuestra identidad nacional, tenemos la potestad y responsabilidad amparados bajo la Constitución de exigir la salida de una persona que ha menoscabado nuestros derechos y ha burlado y pisoteado nuestra libertad y nuestra dignidad.

Aunque esos derechos hayan sido mancillados de la manera más cínica existente por esta narcotiranía castrocomunista que lleva 20 años parasitando a Venezuela, es hora de hacer valer nuestros principios republicanos y patriotas, plantarnos de cara y gritar ¡SE ACABÓ, YA BASTA!.

Una sociedad firme y vertebrada puede ejercer presión hasta derrocar al tirano o exigir su renuncia, después de eso con el apoyo de las instituciones legales como el TSJ legítimo, la Fiscal General y la Asamblea Nacional serán garantes para restaurar la democracia y el Estado de derecho en Venezuela. Y a eso, sumado los mas de 50 países que diariamente trabajan por restablecer nuestra república.Por eso hago un llamado a la oposición a que asuma su rol como tal y empecemos a generar acciones, hasta propagar un gran tsunami informativo en todos los sectores del país, acerca de cómo es la estrategia para la salida del dictador.

Hay una frase que se escucha en el día a día, de boca en boca y es que “dictadura no sale con votos”, y esto es un hecho, pues al acudir a las urnas electorales sólo seguimos el juego al régimen y el uso de una “pseudodemocracia” para destruir nuestra libertad, la democracia y al hombre en sus distintos niveles.

No está demás recalcar que el régimen se ha caracterizado por usar “la democracia” como piedra angular para destruir nuestras libertades, sustentado bajo los poderes públicos que mantiene secuestrados; pero hay un arma que hace temblar al régimen cada vez que la pronuncian y es desobediencia cívica sostenida y generalizada como esa gran fuerza ciudadana que somos hasta lograr ese punto de quiebre que termine de fracturar por completo esta tiranía y cumplir ese objetivo que todos anhelamos: una Venezuela libre, próspera y rica de verdad.

Un país que sea ejemplo de emprendimiento y progreso y no de mafias y narcotráfico como lo ha convertido este gobierno nefasto, ya es hora, es el momento de lograrlo. ¿Cómo lo lograremos? Unidos todos en desobediencia cívica… LA RUTA ES LA DIMISIÓN.

@eduardoadv19