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Cuando las piernas te fallan, cuando el corazón se pone pequeño, cuando no consigues explicación a nada de lo que sucede, pasas a cuestionar tus creencias ¿Está bien sentir esto? Los venezolanos sufrimos una encrucijada  complicada; esta lucha del bien contra el mal ha puesto a prueba todo lo que somos.
El asesinato de Evio Di Marzo muestra una realidad terrible que vivimos todos los venezolanos y especialmente los caraqueños, porque esa amenaza constante a la vida ocurre día a día dentro y fuera de nuestras casas, es el flagelo de la inseguridad con un alto índice de impunidad, pero esta tragedia también ha puesto a prueba lo que en esencia somos como seres humanos.

Justificar el asesinato de una persona sobre la base de su creencia ideológica es algo que no se puede concebir de eso no tengo duda, pero también he escuchado afirmaciones, con base a que alguien apoyó el sistema que le termino quitando la vida, como especie de justificación al hecho de quitarle la vida a un ciudadano, ¿Qué nos está pasando? Hay justificación de esa naturaleza ante una muerte, un asesinato. No la hay, no podemos convertirnos en unos seres sin dignidad, piedad y distanciados de la «Justicia». Pero podemos intentar llegar más allá en esta reflexión… ¿Se puede asemejar que un ciudadano pierda la vida porque lo asesinaron para robarlo, a la pérdida de vida de otro que ha decidido delinquir? Estas interrogantes las escribo porque son pertinentes y necesarias, ya que deben ayudar mucho para la reflexión de lo que somos y para dónde nos quieren llevar.

No me atrevo a juzgar al que no sienta indignación en medio del dolor, del hambre, o la falta de un medicamento o más, del que perdió un familiar en medio de las mismas circunstancias que le arrebataron la vida a Evio. Pero la verdad es en medio de un sistema que no garantiza nada, si-no que al contrario, nos roba todo y si no hay justicia será difícil encontrar paz, si la impunidad es lo que reina en nuestra nación, el dolor habitará en nuestros corazones y eso no lo podemos permitir.

Este régimen no distingue colores, pensamientos, ni credos por ello nos toca sembrar esperanza creíble, amor y fe en nosotros y para lograrlo debemos organizarnos más y mejor. No permitamos que sea el dolor lo que habite en nuestros corazones.

Jhankary Torres, coordinador de Organización de Vente Distrito Capital

@Jhankarytc