El individualismo representa una teoría filosófica que durante muchos años ha sido objeto de críticas y amplias tergiversaciones por parte de sus detractores.
El individualismo es un concepto filosófico que entiende al ser humano como un medio para su propio fin, defendiendo sus derechos inalienables, respetando siempre el proyecto de vida individual y promoviendo la autosuficiencia e independencia personal.
Sus principales enemigos sostienen que el individualismo es la implementación más pura de egoísmo y codicia, diciendo, por ejemplo: “El hombre libre que se niega a ser sacrificado por el colectivo o la sociedad, sacrificará a otros para su beneficio personal”. Ellos evaden la base racional y ética del individualismo: Ningún hombre puede violar los derechos de otros. El individualismo cree en una sociedad libre, donde los derechos individuales actúen para subordinar al hombre a la ley moral.
Por otro lado tenemos la gran contraparte del individualismo, el colectivismo. El colectivismo es el grado más alto de depravación humana; su finalidad radica en destruir al individuo, en donde la inclinación del grupo se sobrepone al interés individual, es la supremacía del grupo la que importa, y no el individuo. Es por esta razón que cualquier tiranía en la historia de la humanidad tuvo el colectivismo como base filosófica. Fascismo, Nazismo, Comunismo o Socialismo: cualquiera de estos promovió tanto en la teoría como en la práctica la implementación de un régimen colectivista.
La sociedad no puede estar por encima del individuo, y es que, la primera se compone precisamente de la segunda. La sociedad como ente con personalidad, sentimientos o intereses no existe, aunque algunos digan lo contrario. La sociedad es el medio donde los individuos se relacionan entre sí, de forma voluntaria y pacífica, sacando provechos como el conocimiento y el comercio. Son los individuos los que tienen intereses, sentimientos y personalidades.
Margaret thatcher lo dijo:
“La gente que pide constantemente la intervención del gobierno está echando la culpa de sus problemas a la sociedad. Y, sabe usted, no hay tal cosa como la sociedad. Hay individuos, hombres y mujeres, y hay familias. Y ningún gobierno puede hacer nada si no es a través de la gente, y la gente primero debe cuidar de sí misma. Es nuestro deber cuidar de nosotros mismos y después, también, cuidar de nuestros vecinos”.
Todos los individuos nacemos con talentos e intereses distintos. No es moralmente correcto, ni social o económicamente sustentable, un sistema que interponga los intereses de unos por los de otros. Y por muy diferentes que seamos, cada ser humano es igual de valioso.
Franklin Camargo
@Frannk97