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Todavía se espera el grandísimo rebote de las masas sociales, después del gran fraude electoral del 20 de mayo, auspiciado por el régimen dictatorial y sus cómplices, supuestamente opositores. Pues nada ha ocurrido. Ningún rebote. Sólo se escucha el mismo “helado lloriqueo” de las masas frente a los negocios dictatoriales de comida. Nadie bravo en medio del sol o la lluvia; allí agarrados o no de una frágil cerca de metal que les impide saltarse del animal instintivo al animal racional.

En efecto, nada pasa aún, por el contrario, cualquier “ínfima solidaridad” del régimen para rebajarle sólo un tantico las penurias a esa masa social hambreada y asoleada, ésta la agradece, tanto como si toda hambruna y penurias, hubiesen desaparecido  desde hace años -alguien me recordó el ejemplo Stalin y la gallina desplumada, al cual yo refuerzo con el ejemplo de las reses hambreadas en el llano, bajo esos veranos terribles, los cuales caen al tremedal buscando agua, dentro del cual mueren atascadas; sobre ello me referí varias veces ya hace dos años, y hoy me estremezco frente a la realidad al tener que reafirmarlo de nuevo-.

Sin embargo, por valorar o analizar en qué etapa estamos del momento, ya habiéndolo advertido antes, no quiere decir que somos derrotistas ni nada por el estilo, muy por el contrario, establecemos bases desde donde avanzar con mayor firmeza, entusiasmo y conocimiento de causa. Entonces no hay rebote -como ya dije-, sino más chillidos de hambre desde esa fecha hasta acá.

Rebote “con efecto retardado”, es otra cosa, con extremadísima carga de hambre y carencias de todo tipo. Es muy posible, de que en  este camino ande la masa social hoy día , sólo instintiva para el momento, peligrosa, eso sí, muy peligrosa, incluso, no por la fuerza arrolladora que ya será muy poca, sino por lo capaz de hacer con menos potencia esa masa de gente, vuelta ya una masa desenfrenada de hambriento y rabiosos, lo cual desde luego será las resultas de todo, pero sin menoscabo de que el país entre de ipso-facto en Transición Democrática desde el  mismo día de ese rebote “con efecto retardado”.

El problema de la falta de agua se agrava cada día más en las inmensas barriadas de la parte alta de Puerto La Cruz. La semana pasada se lo informe al señor Barreto Sira de manera detallada. Si Hidrocaribe y la alcaldesa roja-rojita de la ciudad no hacen nada al respecto, pues haga usted lo propio que sí sabe de la cantidad de gente que sí está brava y puede avanzar sobre lo malo y destruirlo para que vuelva el agua.

Eleazar Contreras