Skip to main content
immediate bitwave Library z-library project books on singlelogin official

Vivimos en un hermoso país rodeado de exuberantes bellezas naturales, obras artísticas, arquitectónicas y calles que cuentan grandes leyendas, convertidas en ese espíritu que nos identifica desde lo cultural. Sin embargo, hoy nuestra querida Venezuela se encuentra sumergida en el peor de los infiernos, un régimen tiránico que se aferró al populismo y las doctrinas que ya en el pasado llevaron a naciones enteras a la ruina.

Hablar de los Crímenes de Lesa Humanidad, que se han cometido durante el denominado “Socialismo del Siglo XXI” está de más. Actualmente nos encontramos en la etapa más oscura del proceso libertario. El régimen, se debilitado a consecuencia de las reiteradas sanciones internaciones. El país ha entrado en un colapso social, económico y estructural. Sumándose a esto el descontento popular se afianza en contra de la dictadura, lo que ha desencadenado las respuestas más viles de esta dictadura, es por ello que muchas personas hoy se preguntan ¿El régimen caerá? O ¿Esto será para siempre? Con estas palabras intentaré dar una respuesta a esas interrogantes.

En la historia se han registrado numerosos casos de regímenes autocráticos y tiránicos, entre los que destacan el régimen fascista Mussolini; el surgimiento del nazismo en Alemania durante la Segunda Guerra Mundial; y el régimen de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) donde bajo el control de Stalin causó la muerte de más de 20 millones de personas en Europa. Sin embargo, la Venezuela de hoy se ubica en un escenario totalmente diferente, aun cuando los métodos del régimen venezolano siguen siendo los mismos que se han implementado en todos los regímenes autoritarios que han tenido lugar en la historia de la humanidad.

El autoritarismo tiene un enemigo vital, la plena confianza en cada uno de sus métodos de control social. Los regímenes autocráticos, sienten que pueden controlar a todos los ciudadanos a través del uso de la fuerza y lo poderes del Estado, y para ello es esencial que la población acepte la superioridad de la dictadura. En segundo plano, se busca dominar económicamente a los ciudadanos para cambiar sus expectativas e intereses, para así convertirlos en seres de instintos en lugar de seres racionales.

En la Venezuela de hoy hay personas que aún no despiertan del letargo socialista, otros que solo luchan por sobrevivir mientras que algunos ni siquiera pueden lograrlo. Pero nosotros tenemos una misión: Somos los promotores de una libertad verdadera. El silencio es el indicador esencial de las dictaduras. Si callamos solo demostramos que el enemigo ha logrado su objetivo.

Hoy por hoy la presión internacional sobre el régimen se ha intensificado y crecerá aún más. Los conflictos internos y externos serán cada vez más visibles para los ojos del mundo y los juicios seguirán su curso para culminar con un desenlace que anunciará el tan esperado final.

No hay vuelta atrás y este régimen aun cuando pueda aparentar ser fuerte y tener el control de todo no puede controlar lo principal; el deseo de libertad de cada uno de los venezolanos. A cada instante transitamos sin miedo este oscuro camino, con la firmeza y convicción de alcanzar la anhelada libertad. Más allá del miedo, las muertes y la destrucción que nunca podremos dejar atrás, pero con el esfuerzo de todos lograremos reconstruir en una nueva Venezuela de espíritu libertario como algún día lo fue.

Alfonso J. Arena. V. “Aleph Dáath”