Skip to main content
immediate bitwave Library z-library project books on singlelogin official

A los que hablan de institucionalidad, a esos, hay que escucharlos. Yo los escucho. Les doy prioridad. Y es que simplemente dan en el toque al referirse al tema, diría un compañero “he allí, el meollo del asunto”, porque nuestro país hoy carece de la misma y de la altura que ella puede generar.

Los que creen que solo es una palabra vacía de la que pueden hacerse eco en bonitos discursos, o para engalanar sus actitudes dudosas, se equivocan, la institucionalidad va más allá y los supera una y otra vez.

¿Qué la crisis económica en nuestro país es grave? Claro que lo es, ¿Qué la crisis social abruma? Desde luego que sí, pero preguntemos ¿Qué dio raíz a todo este resultado? La respuesta es sencilla, lo dio el desmembramiento de valores institucionales que la República debió cuidar y no lo hizo. Antivalores que fueron tomando cuerpo y ante esto se fue cediendo terreno a los grandes vicios que origina el socialismo y donde vino a parar este país con potencial.

Me gusta la polémica, no lo niego, pero la crítica, aunque genere estupor, es imperiosamente necesaria en estos momentos. No sólo es que tengamos a una Asamblea Nacional hoy minimizada por la dictadura y atacada en sus cimientos, también es que ella no ha comprendido la importancia de sus acciones y el desenlace que pueden generar.

No sólo es que tengamos a un Tribunal Supremo Legítimo en el exilio, a causa de la ausencia de democracia en nuestro país, sino que también algunos se hacen los indiferentes con magistrados que ellos mismos eligieron y que hoy están tomando decisiones. No sólo es que tengamos poderes usurpados, y rindiendo pleitesías a un tirano, sino que también tenemos partidos políticos jugando a una democracia cuando esta hoy no existe.

A los que se prestan para prostituir el termino y luego desconocerlo en su accionar, hay que ponerles la lupa. O estás comprometido con la recuperación de una República o estas comprometido con quienes la destruyeron. La institución debe recuperarse para que la estabilidad reine en los ciudadanos, sin ella, la libertad carece de respaldo.

Yo apuesto, sin remordimiento alguno, por instituciones sólidas que respeten sus límites y brinden ejemplo a una sociedad. Apuesto porque los partidos políticos cesen en sus intentos absurdos de minar estructuras que quieren trabajar con ahínco y probidad.

Quien crea que los enemigos de la institución, como forma fundamental de un país, están solo de un lado, se equivoca; ellos se encuentran en todos partes. Desde este espacio pediré a diputados que respeten al ciudadano que cada día les invoca que cumplan sus deberes. Desde mis espacios comunicacionales diré a todo aquel que no respete canales regulares que es un sinvergüenza.

A esta Asamblea Nacional, le pedimos que llene el vacío de poder que la nación demanda. A los partidos que cumplan su rol histórico en formar y dirigir ciudadanos de bien que ese será el mejor regalo para esta y las próximas generaciones. Y sin pena digamos que apostamos a la institucionalidad sin remordimientos. Muchas gracias.

@SoyVanegasG