En dictadura aquel que vota se vuelve cómplice del régimen, y más en el caso de Venezuela donde conocemos la naturaleza totalitarista, militarista, criminal y mafiosa de Maduro y todo su combo.
Es triste ver como miembros de la sociedad civil que ha luchado en todos los escenarios por la libertad y en contra del régimen en los últimos años (2014 – 2017), abordan autobuses cual comparsa oficialista para ir a inscribir o postular su candidatura para un proceso que de antemano sabemos el resultado: fraude y mentira. El sistema está viciado y es irreversible.
Para nadie es un secreto que las negociaciones ya están puestas sobre la mesa. Eso ya lo hay.
Esta nueva farsa electoral no es más que una distracción, un desgaste, y esto lo que da a entender es que no se aprende de lecciones anteriores. Pero, hay algo que no entiendo y que quisiera me explicaran como si tuviera 5 años: Vecinos y sociedad civil (organizada) –que dicen ser apolíticos y dicen que brindarán un verdadero cambio- inscribiendo planchas en conjunto con organizaciones políticas ¿De verdad son apolíticos?
Pero no niego que siento admiración por los baruteños, pues soy baruteña. Los baruteños somos personas de bien, con pensamiento, inteligencia y analíticos (entre otras cualidades) pero hoy, esos quienes le siguen el juego a Maduro están demostrando lo contrario.
En este momento pienso con detenimiento algo que siempre criticaron como sociedad civil a nosotros los dirigentes políticos: Nos reprocharon los asesinados en resistencia, nos dijeron traidores y ahora les quiero preguntar, ¿Les duele ahora más a ustedes los fallecidos y detenidos durante las protestas?
Lamentablemente están creando un mundo de fantasía donde esperan un mesías y van a pelearse un puesto o un curul en la concejalía (…) Con esto están desviando el foco, el norte, que es la salida del régimen de Nicolás Maduro.
¡En dictadura no se vota! En un país en rebeldía lo que debemos hacer es botar al dictador.
@Maryc_vente