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Pupitres vacíos, espacios en blanco en la lista y suspiros de desaliento, porque les tocó vivir la mejor etapa de sus vidas en quizá, la mayor crisis de nuestro país.

Los pasillos de los liceos, que antes eran centro de risas y grandes momentos, hoy son espacios grises y llenos de recuerdos que pasaron de ser tan felices a convertirse en una daga al pecho para los estudiantes.

No hablemos de porcentajes, tampoco de índices, ni mencionemos. Las cantidades masivas de liceístas que abandonan el país por un mejor futuro, porque con mucha certeza, son números y cantidades grandes. Hablemos de sentimientos, específicamente del sentimiento tan potente de frustración que siente un adolescente venezolano al verse cada vez más solo, más presionado, más triste y, aunque está empezando su vida, más miserable.

Este régimen le ha quitado tanto a Venezuela, le arrebató a nuestros jóvenes la oportunidad de disfrutar esta etapa tan bonita llamada bachillerato. Se sienten insuficientes, frustrados y deprimidos  porque sencillamente no le ven sentido a lo que están haciendo, ni a su papel dentro de todo este caos que estamos viviendo, porque no cuentan con docentes, con espacios aptos, y desde que la dictadura anunció el cambio curricular, tampoco cuentan con un buen temario que los ayude a aprender verdaderamente. Los han rebajado tanto, que a veces la ilusión de un título no es suficiente para  mantenerlos motivados.

Duele en el alma escuchar cómo, con tan poca edad, estos muchachos disfrazan el dolor con el odio y el rencor, impresiona como extrañan tanto y cada vez más, y como anhelan ciegamente algo que jamás han tenido la oportunidad de apreciar, algo que sólo se les ha mostrado en 8 letras pero que produce un sentimiento de magnitudes monumentales en el cuerpo de cualquiera, algo llamado: LIBERTAD.

Sin embargo, a pesar de tanta adversidad y de lo difícil que es seguir de pie cuando te están arrebatando la vida, ellos no se doblegan, ni se arrodillan, no permiten que esa tristeza y frustración acabe con lo poco que han construido. De hecho, hay algo muy admirable, y lo rescato de toda esta situación, esos chamos que están en los liceos serán una generación fuerte porque a pesar de todo, siguen aquí con el corazón en una mano y la bandera en la otra… tienen un norte fijo: “Luchar por su país.”

@SoyRojas_3