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Diputado asegura que negocios en importación de alimentos mata producción nacional

El diputado al Parlamento Nacional por Vente Venezuela precisa que mientras en Miraflores hacen negocio con comida mala y cara, el venezolano de a pie debe ganar 24,5 salarios mínimos al mes para poder cubrir la canasta básica familiar

(Puerto La Cruz. 19/10/2018)  “Corrupción de Maduro tiene picante mexicano”, con esta frase el diputado a la Asamblea Nacional, Omar González Moreno, se unió a las denuncias nacionales, luego de saberse que la Procuraduría General de México desmanteló una red de empresas privadas mexicanas que vendían alimentos de baja calidad y sobreprecio al gobierno venezolano.

“La descomposición moral del régimen pasa y vence fronteras. Vemos que los tentáculos de los malos manejos económicos de Maduro y sus ministros son de inmensas proporciones”, aseveró.

El parlamentario precisó que el afán de ganar dinero fácil y de acumular fortunas a costillas del erario público ha llevado a los personeros del régimen a preferir la importación de alimentos que la producción nacional.

“Cuando un empresario del campo produce carne, leche, granos, maíz, o cualquier otro rubro impide que aquellos que están en sus cargos puedan hacer negocios afuera, en perjuicio de la economía nacional y en beneficio propio”.

El legislador aseveró que la pudrición de los negocios en torno a los Comités Local de Abastecimiento y Producción (Clap) no sólo afecta a los sobreventa de las cajas de alimentos en las comunidades populares sino que posee una raíz corrupta.

Insistió en ponderar las razones que motivan al régimen a optar por la importación antes que la producción.

“Si producimos se caen decenas de negocios. Por eso es que en Miraflores priorizan la compra de alimentos y medicinas afuera, simplemente el usufructo del poder en el Estado venezolano se convirtió en un emporio de corrupción y mafias”.

24,5 salarios

El parlamentario denunció que mientras Maduro hace negocio con el hambre de los venezolanos, los ciudadanos de a pie tienen dos alternativas, la primera es seguir recibiendo las bolsas de Clap con productos de pésima calidad que engordan las cuentas bancarias de los personeros del gobierno, o ir a los centros de expendio de alimentos y gastar 24,5 salarios mínimos para cubrir la canasta básica familiar.

“Quién gana en este país 24,5 salarios mínimos. El Gobierno nacional no sólo realizó una reconversión que afectó el ingreso de los venezolanos creando más inflación, sino que creó tabuladores nacionales que condenan a los trabajadores a sueldo míseros”.