Hace poco vivimos un nuevo atentado contra las universidades y los estudiantes que hacen vida en ellas. Cómo estudiante universitario expreso mi indignación por todo lo que vivieron en la Universidad de Carabobo donde no se realizaban elecciones de la federación de centros de estudiantes desde hace más de 10 años.
Hombres armados ingresaron a la Universidad de Carabobo (UC), lanzaron bombas lacrimógenas y robaron las cajas electorales el pasado miércoles 14 de noviembre, cuando efectuaba el proceso de renovación de los representantes estudiantiles. Se registraron agresiones a universitarios, profesores y periodistas. El candidato por la coalición “Unidad Estudiantil” a la presidencia de la Federación de Centros Universitarios, Marlon Díaz, confirmó a diversos medios, que los hombres armados presuntamente pertenecerían a cuerpos de seguridad del Estado e ingresaron a la casa de estudios en camionetas pick up negras, sin placas.
En la Escuela de Derecho de la Facultad de Ciencias Políticas y Jurídicas, entraron y robaron las papeletas electorales. Tras los hechos violentos contra estudiantes y miembros de mesa, las comisiones electorales decidieron suspender el proceso “hasta nuevo aviso” en la facultad, informó la cuenta de la UC en Twitter. Un nuevo atentado contra las universidades que los estudiantes repudiaron todo lo que pasó y de una manera valiente superaron está adversidad. El histórico proceso se vio empañado días atrás por la muerte de Celis Blanco, candidato a la Facultad de Ciencias de la Educación.
El joven, militante de la Juventud del partido Acción Democrática, fue hallado sin vida en su residencia el pasado 8 de noviembre. Además, el 6 de noviembre fueron detenidos el presidente de la FCU-UC, Iván Uzcátegui y el director del comedor de la UC, Ramón Bravo, a quienes se les imputó los delitos de “agavillamiento y peculado doloso”.
El martes 13 de noviembre, en horas de la noche, estudiantes afectos al gobernador del estado Carabobo, Rafael Lacava, intentaron nombrar una comisión electoral paralela, bajo el argumento de que el actual presidente de la comisión, Eduardo León, “se había ausentado de sus deberes durante 72 horas”. La acción fue reprochada por autoridades de la UC, como el secretario Pablo Aure, y dirigentes estudiantiles de tendencia opositora.
Arturo Muñoz