Skip to main content
immediate bitwave Library z-library project books on singlelogin official

Frente a un sistema que restringe las libertades mediante el terror de Estado, la educación representa el mayor de sus enemigos, ya que estimula el  análisis y el libre pensamiento capacitando a los ciudadanos para desarrollarse social y económicamente de forma independiente, por ello, históricamente el totalitarismo ha intentado controlar  la educación para favorecer a la idea colectiva que busca imponer, lamentablemente, Venezuela no escapa de estas prácticas que atentan contra la libertad de las personas.

La modificación del contenido educativo ha sido frecuente en los sistemas totalitarios, aquellas materias que estimulan la comprensión y análisis de la sociedad son eliminadas para dar paso a nuevas netamente ideológicas llegando a cambiar descaradamente el contexto histórico a fin de implementar una falsa narrativa, esto se realiza mayormente en la educación primaria, etapa en la cual el estudiante cree todo lo que le puede enseñar su profesor, en nuestro país lo vemos en la distribución de libros como textos educativos en los cuales se enaltece la figura del fallecido Hugo Chávez y busca la ideologización de los individuos desde muy temprana edad, siendo este tipo de modificaciones una copia de lo que ocurrió en la URSS donde el objetivo era eliminar el pluralismo.

Pero esto no se detiene en la educación primaria, sino que se replica en la secundaria, donde se ha modificado desde su metodología de evaluación, eliminando la orientación al logro de los estudiantes, hasta el cambio de su pensum en los últimos años sin consultar a quienes imparten clases siendo impuesto por el ministro de turno. En la educación superior, se han creado universidades donde se promueve la ideologización abiertamente, adiestrando a jóvenes para obedecer un pensamiento colectivo, inclusive desean transformar el Centro Penitenciario de Yare en una universidad de ciencias políticas en honor al ex presidente Chávez, donde claramente continuará el adoctrinamiento.

Asimismo, en el último año se ha declarado la intención de eliminar carreras universitarias, argumentando que no “sirven para el Desarrollo Nacional” buscando reemplazarlas con algunas que permitirían construir el Socialismo del siglo XXI, entre las carreras amenazadas están la mayoría de Humanidades, Idiomas, Ciencias Políticas y Estudios Internacionales ya que al totalitarismo no le convienen las disciplinas que promuevan un pensamiento crítico, lo cual es notable al observar la cantidad de estudiantes y profesores perseguidos o encarcelados por oponerse a este sistema.

Estas prácticas no son nuevas, Hitler creó sus juventudes Hitlerianas para perpetuar la ideología nazi y la dictadura militar en Argentina entre 1976 y 1983 controlaba la educación y desaparecía profesores o estudiantes que se opusieran a la misma, como estos casos, hay muchos otros que sirven para mostrar cómo el totalitarismo ha buscado imponerse en diversas oportunidades, sin embargo, la educación sigue firme como el obstáculo más grande para su cometido. Por ello, hoy los estudiantes, profesores y ciudadanos en general debemos comprometernos a defender las aulas ya que, a su vez, estaremos defendiendo el derecho al libre pensamiento que nos permitirá lograr construir la democracia.

Y ese compromiso es palpable, cuando existen profesores y estudiantes que sin importar su situación económica aún asisten a impartir o recibir clases, que continúan promocionando la defensa de los Derechos Humanos, que siguen de pie denunciando  las condiciones en las que viven los venezolanos, porque han optado por prepararse  en el presente para ser participes de la democracia en el futuro, la educación no se abandona y gracias a esto veremos los frutos de esa constancia en libertad.

Sandra Carrillo