Las familias venezolanas se caracterizan por su unión aún más en fechas importantes como son las festividades navideñas, a lo mejor algunas se encontraban dispersas durante el año por todo nuestro país pero sin embargo pensar en navidad significaba reencuentro, festividad y alegría; sentimientos que este régimen se ha encargado de neutralizar, convirtiéndolos en sensaciones antónimas. Ahora, los que estamos aquí, firmes y luchando nos invade la nostalgia y añoramos aquellos viejos tiempos que el comunismo se llevó.
El dictador Nicolás Maduro se burla en nuestras caras regalando dinero que de igual forma no alcanza para cubrir los gastos de primera necesidad:
“La primera quincena de diciembre la vamos a pagar ahora empezandito, como parte de la estrategia, y un Bono Único de Navidad que vamos a pagar, un bono por Carnet de la Patria de 2.000 bolívares soberanos para todos los compatriotas involucrados en el Programa de Recuperación Económica”.
Con dos mil (2.000) bolívares no se cubre la ilusión del pequeño de la casa que espera al Niño Jesús el día 24, con esa cantidad no es suficiente para una cena navideña, con ese dinero no se compra la felicidad de los ciudadanos. Basta de jugar con las necesidades, el hambre y la salud, basta de disfrazar la crisis con sus “proyectos” donde regala para calmar la voz de unos cuantos (por si se le olvida, somos muchísimos más los que no queremos absolutamente nada de usted excepto la dimisión), basta de tanta farsa.
Hace unos cuantos años, cuando no esperábamos que nadie nos regalara dinero para costear nada, cuando nos llenábamos de emoción colocando los adornos de nuestros hogares, cuando todos hacíamos lo posible por pasarla juntos, esos tiempos volverán. El punto de quiebre lo tiene cerquita Sr. Nicolás. Los que se fueron volverán con todo lo que han aprendido, los que nos quedamos nos mantenemos firmes y juntos reconstruiremos el país que nos han destrozado. Hoy no hay nada que celebrar, pero si hay bastante en que trabajar; no pierdas la fe.
Nicole Hurtado