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En las últimas horas hemos visto como quienes usurpan el poder arremeten en contra de los defensores de derechos humanos, así como de Estados y particulares que manifiestan su intención de facilitar la entrada de la ayuda humanitaria a Venezuela.

Se trata de las acciones desesperadas de un tinglado de mafias que generó las actuales condiciones de miseria para implantar a través de  la mentira, el clientelismo, la corrupción generalizada y la violación sistemática de los derechos humanos un sistema socialista-populista que destruyó deliberadamente la propiedad privada, colapsó los servicios básicos, y que hizo del hambre su negocio al robarse el dinero de los alimentos que decía comprar para su propio pueblo.

Este régimen cínico y desvergonzado ha perfeccionado cada vez con menor  pudor  sus objetivos y métodos de persecución, ahora van directamente en contra  de quienes protegen a niños, mujeres embarazadas, hombres y adultos mayores  en condiciones de vulnerabilidad. En su política de miseria humana desde el poder atacan a quienes ayudan a calmar el padecimiento de quienes sufren, pues la noble actividad que desarrollan atenta contra el proyecto socialista de dominación y postración de un pueblo que desde sus inicios se trazó.

Mientras arremeten en contra de quienes proporcionan  suplementos alimenticios, material médico o medicinas para salvar vidas, se olvidan selectivamente de quienes atentan contra ella,  y continúan  intencionadamente cometiendo delitos, es decir desconocen a  los responsables de esta tragedia,  resulta lógico, pues son y fueron ellos sus grandes alfiles para la ejecución el  proyecto de aniquilación social que se plantearon,  esto se evidencia entre otras cosas ante  la falta de respuesta a una cuantas interrogantes, como por ejemplo: ¿qué pasó con Barrio Adentro y su oferta de relanzamiento?, ¿qué hicieron los padrinos designados por Hugo Chávez por los 11 grandes hospitales  que prometieron  rescatar cuando este decretó la emergencia hospitalaria?, ¿qué pasó con la imputación realizada por el Ministerio Público a la ex ministra de Salud María Eugenia Sader por peculado doloso, asociación para delinquir y sobregiro presupuestario?, ¿dónde están los reales asignados para la construcción de los seis grandes hospitales: el de Guarenas, Caracas, El Vigía, Barinas, Valle de la Pascua y San Fernando de Apure por los que se firmaron contratos por US$ 954 millones?, ¿ Qué pasó con la denuncia de la contraloría sobre las irregularidades en la compra de medicamentos y material médico quirúrgico a Cuba por US$ 444 millones según investigaciones de Transparencia Venezuela?.

Y es que nada distinto podía esperarse de una sarta de malandros sinvergüenzas que se hizo del poder y que hoy han devenido en un estado criminal para sostenerse,  personificando  hoy  por hoy al más corrompido, ilegitimo,  indolente, e inmoral de todos los sistemas, superando a los más crueles y  malignos de la humanidad.

Pero una vez más se equivocan,  no  van a amedrentar a un pueblo decidido, no nos van a hacer retroceder porque detrás de cada ONG, detrás de cada protesta ciudadana, detrás de cada liderazgo coherente y honesto,  detrás de cada acción política y social encaminada a la restitución de la república está el respaldo de un pueblo determinado por el empeño y la convicción de hombres y mujeres comprometidos con la dignidad de un pueblo.

No obstante debemos advertir que el país cambió y nosotros con él, ya nada será como antes,  esta vez no nos distraerán con falsos diálogos y negociaciones  y menos aún con comedias electorales donde nuestro voto no elija, primero se van, luego reinstitucionalizamos, y acto seguido elegimos y reconstruimos un país para todos, donde el mérito, el esfuerzo y el talento sea el gran motor que nos permita desarrollarnos hasta hacer de esta la tierra de gracia por la que tanto hemos luchado y por las que otros tanto ofrendaron sus vidas, hoy por hoy estamos claros,  no se trata de cambiar de verdugos, sino de cambiar de sistema.

Estamos cerca de la meta, solo debemos advertir que alcanzarla  será posible si y solo si seguimos la ruta del coraje, y  hoy más que nunca estamos decididos a seguirla, nunca más socialismo en Venezuela, no hay vuelta atrás, ¡VAMOS POR LA LIBERTAD!