(Maracay. 28/02/2019) Uno de los principales retos que estamos en la obligación de cumplir es acabar con esa narrativa de la historia que desarrolla la izquierda en Venezuela, ejemplos de esto hay muchísimos. Pero una de las ventajas de tener “cierta” edad es poder hablar con propiedad de ciertos sucesos que son considerados hitos históricos. Hoy hablaré sobre uno de ellos.
La historia no es más que una sucesión de hechos que nos trae al presente. Son hechos concretos, la historia debe limitarse a contar esos hechos, pero cosa distinta es como se narran esos mismos hechos. “Bendita” costumbre de la izquierda de secuestrar, en su favor, ciertos hechos en el propio beneficio de sus intereses.
Los sucesos del 27 de febrero de 1989, vistos en retrospectiva fue una tragedia en todo el sentido de la palabra. Había una sociedad molesta porque días antes, el acto protocolar de juramentación del Sr. Carlos Andrés Pérez para el periodo presidencial correspondiente fue un acto tan suntuoso que en la dialéctica jolgórica del venezolano se empezó a conocer como “La Coronación”. Ese acto asemejaba profundamente al ambiente de prosperidad vívido en la campaña electoral que alimentaba la imaginación del venezolano evocando la década de los 70 y el primer periodo presidencial de Pérez. Pero a su vez contrastaba enormemente con la implementación de un conjunto de medidas, necesarias por demás, que también en la misma dialéctica se conoció cómo “El paquetazo”.
Esa distorsión semiótica terminó por crear las condiciones propicias de un estallido social que termina convirtiéndose en un vandalismo generalizado propiciado por una sociedad que descubre, en el momento, que salir a robar en grupos grandes es factible porque tiene como aliciente la garantía de la impunidad. No hay otra verdad, siquiera voy a ahondar en esas teorías especulativas que juran que no fue un hecho espontaneo, les regalo ese argumento también.
Aún en mi mente conservo las imágenes del saqueo a una empresa llamada Súper Volumen en la Urbanización San Bernardino de Caracas, donde sujetos se echaban al lomo neveras, secadoras de ropa, lavadoras. No, eso no es hambre. Hambre hay ahora y sí no se repiten los hechos no es por “La conciencia” de un pueblo, según la detestable narrativa izquierdosa, es porque ahora hay un nivel de control total de la sociedad a niveles de sometimiento.
La transmisión en vivo de los primeros sucesos por parte de los medios de comunicación de la época terminó por ser la chispa que encendió todos los demás disturbios en las principales ciudades del país.
El “Caracazo” sacó lo peor de una sociedad que demostró su mayor carencia en el agotamiento de sus valores positivos en virtud de una elite gobernante que exhibía la rampante corrupción del momento. Hoy en retrospectiva y en comparación a la corrupción que exhibe la elite usurpadora, aquella puede mal percibirse como una perfecta tontería. Pero esta no excusa a aquella, muerte a la corrupción, cáncer de una sociedad. La verdad es que ese día la sociedad actuó a los “Carajazos”
El último bagre, como así lo llamo, recordando al antecesor dictador cuyos bigotes inspiran el mote, Juan Vicente Gómez. Pública un Twitt con su propia narrativa de la historia.
“Se cumplen 30 años de la masacre más grande que se conozca en nuestra historia. El #27Feb el pueblo venezolano rompió las cadenas de dominación imperialista que lo sometieron durante un siglo. En las calles se forjó el alma rebelde popular que hoy grita ¡No volverán oligarcas!”
Vamos a corregirle. “Se cumplen 30 años de la masacre más grande que se conozca en nuestra historia” La masacre más grande de la historia de Venezuela fue la Guerra Federal, 175.000 muertos, cifra conservadora, en 5 años, considerando que para la fecha, año 1859, Venezuela apenas llegaba al millón de habitantes el 18% de la población quedaría exterminada por ese error de la historia de la codicia de los caudillos montoneros. Ezequiel Zamora uno de los héroes de la narrativa izquierdosa, uno de sus principales responsables.
“El #27Feb el pueblo venezolano rompió las cadenas de dominación imperialista que lo sometieron durante un siglo” El único imperio que ha ejercido dominación en Venezuela fue el Imperio Español y de ese yugo nos libramos en 1821, si se refiere a los Estados Unidos, ese país jamás ha sido un Imperio, del supuesto saqueo a nuestras riquezas los mejores años de prosperidad los vivimos en el auge de participación de las empresas norteamericanas en el sector petrolero. Décadas de 1940 hasta 1970. Vaya ironía y contradicción.
“En las calles se forjó el alma rebelde popular que hoy grita ¡No volverán oligarcas!” fue en los cuarteles del ejército venezolano donde se forjó la satrapía que ha llevado a este hermoso país a los niveles de miseria que raya en lo inhumano.
¿Oligarquías en Venezuela? Eso existirá en otros países latinoamericanos, a menos que te refieras por ese nombre a una mega banda criminal que cumple todas las prerrogativas que tanto críticas, que usurpan de facto el poder, de la cual, tu “Bagre” eres su principal expositor y que de verdad espero que jamás vuelvan una vez cumplido el cese de la usurpación.
Raef Zibaqui