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(Caracas. 11/03/2019) Metropolitanizado el colapso eléctrico, la crisis abarca simultáneamente a todo el país. Justos y pecadores, sufren las consecuencias de la inmensa calamidad generada por la dictadura.

La tentación es la de versar sobre la situación de una industria que, al cerrar el siglo XX, fue vigorosa y, es necesario decirlo, levantó vuelo gracias a la continuidad de una política de Estado y de las inversiones que se hicieron a tiempo, pues, en lugar de estos bonos populistas y demagógicos que suele obsequiar Maduro Moros a un reducido sector de la sociedad que lo respalda, la antigua bonificación petrolera fue la de construir un sistema eléctrico extendido  y eficiente.  Recordamos que, hacia 2013, una delegación de diputados y dirigentes políticos, encabezada por María Corina Machado y Andrés Velásquez, viajamos a las propias oficinas de Edelca, al sur del país, para protestar y advertir sobre la terrible debacle que ahora vivimos, planteando sobriamente las alternativas que el caso ameritaba.

Jamás había ocurrido algo semejante a esta interrupción continua, prolongada y perniciosa del  servicio eléctrico. Sin embargo, el asunto no estriba en la debacle, sino en el empleo perverso que refuerza o dice reforzar el atrincheramiento socialista en Miraflores, a cualquier costo – incluso – en vidas humanas.

Dirán que el primer logro ha sido el de la forzada paralización del país para facilitar la resistencia de palacio, aislando a la población de las más elementales noticias, impidiéndole cualesquiera movilizaciones para protestar a la dictadura.  Particular Estado de Sitio, la obscuridad ha sido la mejor herramienta, antes insospechada, para las faenas de  represión.

Nadie puede moverse de sus hogares, reducidos a prisión, en las largas noches en las que se teme por un asalto de la casa o del edificio que se habita.

Las fuerzas de seguridad del Estado, únicamente velan porque no suba demasiado el volumen de condena a Maduro Moros y sus secuaces, importándoles un bledo las emergencias médicas de un ciudadano que clama por encontrar la vía hacia un hospital que, por lo menos, tenga una lámpara encendida.

@LuisBarraganJ