(San Antonio de Los Altos. 12/03/2019) Son dos décadas en las que nuestro país ha estado sometido a la más férrea y atroz dictadura, son dos décadas en las que hemos tenido que reinventarnos una y otra vez, hemos tenido que cambiar de profesión u oficio, hemos tenido que apelar a la creatividad para sobrevivir ¡Para resistir con Coraje! Y es ahí donde hemos demostrado nuestra capacidad de resiliencia, y es que nuestra dignidad es nuestra mayor bandera de lucha pues, aunque son 20 años, no nos acostumbramos porque sabemos nuestro valor, reconocemos nuestra esencia.
Somos venezolanos que nos rehusamos a regalar lo nuestro, a empeñar principios a causa del chantaje, pues estamos claros de la capacidad que como individuos tenemos para prosperar, esa que se alcanza en libertad.
Hay proceso que no podemos dejar a un lado, ese que el socialismo ha ocasionado, estamos frente a una alquimia donde nos transformamos, después de una dura, larga y pesada batalla (que aún libramos) nos transformamos, las niñas hoy son adultas, las madres hoy son abuelas, ha sido mucho lo que hemos transitado y padecido; nuestros niños han llegado a este mundo encontrando una Venezuela en caos, una Venezuela herida, mientras por otro lado tantas madres han tenido que despedir a sus hijos en los aeropuertos, o en el más difícil de los casos, despedir hijos que pagaron con su vida el costo de habitar un país convulsionado, sufriendo en cada hogar el desmembramiento familiar, ese que genera la criminalidad del socialismo.
Es un honor enaltecer la labor titánica y protagónica en 20 años de lucha de la mujer venezolana, pues mientras en otros países se habla sobre la conquista de espacios profesionales y laborales, la mujer venezolana ha tenido que luchar para cubrir en sus hijos necesidades tan elementales como, alimento, medicina, agua y luz, librando en simultaneo las otras batallas en pro de su desarrollo económico, profesional y laboral, es menester hablar de ese guáramo que caracteriza esta tierra con nombre de mujer.
Sabemos muy bien, de esa maldad que se nos ha querido imponer como política de Estado, alterando todo principio de desarrollo humano, sin embargo eso lo que ha hecho es sacar en nosotras la fuerza, la dignidad, y el coraje, dando el mayor ejemplo de resistencia, viviendo y promoviendo valores como el trabajo, la responsabilidad, la honestidad, el respeto al otro, la solidaridad entre hermanos, pues entendimos que solo así el país avanza.
Hoy en día no somos reconocidas solo por nuestra belleza e inteligencia, hoy en día cuando se habla de la mujer venezolana lo primero que se viene a la mente del interlocutor es su capacidad de lucha, su fuerza, su emprendimiento, su tenacidad, su apego por la defensa de la familia.
Y es que la mujer venezolana sabe que su roll en tiempos de transición es fundamental, que su primer compromiso es con ella misma, pues construyéndose a sí, en base de valores humanos podrá construir un hogar fuerte, pues es la familia la primera institución natural, y es justo ahí donde debemos empezar a sanar y a construir el país que queremos, esa Venezuela rica de verdad.
En esa medida, ejerciendo el impacto y alcance de nuestro poder como mujeres, más temprano que tarde, conquistaremos el país que queremos para nuestros hijos. ¡NO HAY VUELTA ATRÁS!
@kathykjaimes