(San Felipe. 11/04/2019) Imagínate un mundo completamente oscuro, sin agua o comida, sin nada. Si tienes sentido común pensarás que es un mundo sólo, sin seres vivos dentro del; eso sería lo normal.
En realidad eso es lo que se siente aquí. Un país sólo, desgastado, prácticamente sin vida. La intriga te desespera, la ansiedad se apodera de ti y los ánimos se apagan con la luz del sol. Entonces ¿Cómo motivarse cuando parece que vamos perdiendo 50 a 0 en un partido al cual le resta 1 minuto para terminar?
He escuchado muchas veces que esto está en manos de los políticos, pero ¿Acaso 20 años no han demostrado su incapacidad para resolverlo solos? Tal vez algunos si tengan ideas pero, son excluidos, rechazados y hasta tildados de radicales.
Ante esto me pregunto: ¿El ánimo y la esperanza, quien la pone? La respuesta es nosotros. Si dejamos que la oscuridad se apodere de nuestras vidas, nos ganarán una y otra vez. Tirar la toalla por creer que esto es trabajo de alguien más, es ser igual o más mediocres que los que hoy nos gobiernan. Aun así carecer de ánimo no es carecer de valentía, simplemente es la consecuencia de tantas derrotas juntas.
Claro que es válido, pero debemos llorar, gritar y levantarnos con más fuerza para derrotar esa oscuridad que nos abruma; la que hoy no sólo es física sino social, espiritual y mental.
Al vencer esa oscuridad de una vez por todas, será posible brillar tan fuerte, cómo para iluminar nosotros mismos al país que hoy vemos devastado.
Isabella Antichan