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Órgano legítimo e independiente del Poder Público, se explica cabalmente como herramienta ciudadana y, a la vez,  dispositivo para el consenso y la transición en las actuales, duras y difíciles circunstancias. Luce demasiado obvia la persistente confabulación de los restantes, ilegítimos y usurpados órganos contra la representación popular.

Arremetida ahora materializada a través de una infeliz decisión del cuestionado TSJ que opera como oficina subalterna de Miraflores, orientada al arbitraje entre las distintas mafias del poder establecido. Convertida la flagrancia en un disparate acomodaticio, el caso del diputado Edgar Zambrano, primer vicepresidente de  la Asamblea Nacional, tuvo por inmediato precedente el (re) secuestro del diputado Gilber Caro, por no citar el asedio permanente al promedio de los parlamentarios y la disposición misma, abusiva y caprichosa, que ejercen sobre la sede asamblearia.

A tres diputados del Consejo Legislativo del estado Zulia, otrora integrantes del partido de gobierno, les impiden acceder a su natural lugar de trabajo, además de las tensiones que sufren en el marco de la violencia política desatada en esa entidad federal. Jamás la institución parlamentaria adoptó decisión alguna al respecto, porque bastó la orden impartida por Pedro Carreño en una reunión regional del PSUV, descaradamente difundida.

Un acontecimiento sucede demencialmente a otro, sin ocasión para detenernos por un instante a pensarlos, creyéndolos absolutamente efímeros. Sin precedente alguno en  la materia, a María Corina Machado la destituyeron de su curul dizque por vía administrativa, pocos años atrás, y muchos de los colegas de entonces pensaron que, callando o pasando agachados, según el dicho popular, el problema ya estaba resuelto.

En medio de tantos sucesos, es necesario explicarlos desde una mínima perspectiva de la racionalidad indispensable, porque dejarlos – simplemente – pasar por alto, abona al disparate que ensaya la dictadura como explicación, e impide las respuestas adecuadas, como la que intentamos dar desde la plenaria de la Asamblea Nacional (por ejemplo: https://www.youtube.com/watch?v=QOs46lWERRc).  E, incluso, con honrosas excepciones, como la inquieta periodista Ana Rodríguez Brazón, a pocos les preocupa calibrar en profundidad un tema nada baladí.