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Ayer 5 de junio se conmemoró el Día Mundial del Ambiente, resolución de la Organización de Naciones Unidas (ONU) en 1972. Paradójicamente, el Arco Minero del Orinoco está a la vanguardia de un ecocidio que resiste la ambición de quienes se ocultan tras un poder deleznable

El Arco Minero del Orinoco (AMO), se encuentra al norte del estado Bolívar y noreste del estado Amazonas y parte del estado Delta Amacuro; posee 111.843 Km2; es decir 12.2% del territorio venezolano. Es parte de la Amazonia “pulmón del planeta”, como efectivamente la denominan los científicos ambientalistas. El AMO, es reservorio aurífero (11.000 toneladas en el subsuelo) y contiene uno de los más grandes yacimientos de minerales en la geología mundial; también, tiene la mayor reserva hídrica de Venezuela.

Según los análisis, realizados por especialistas, la zona posee más de cuarenta (40) minerales; entre ellos están los más codiciados como el oro y el coltán (oro negro). Actualmente se descubrió otro mineral que está catalogado como un combustible nuclear limpio: El torio (Th) numero atómico 90. Este mineral es 89% más poderoso que el Uranio, pero no sirve para crear armas nucleares -no posee plutonio- es decir que puede utilizarse para fines pacíficos. Un kilo de Torio equivale a 3 mil toneladas de petróleo y Venezuela está clasificada como la quinta reserva mundial, lo que hace que China este detrás de este mineral.

Con esta breve explicación, sólo nos queda deducir que el AMO está siendo devastado por más de 150 mil mineros y varias empresas asociadas al régimen cleptómano de Nicolás Maduro. Una de estas empresas, Gold Reserve*, canadiense, quien hiciera, durante 25 años, “estudios” geológicos en la zona y la cual fue expulsada por Hugo Chávez, nuevamente se asocia, en el 2016, con el buen hijo putativo de Chávez. La Gold Reserve, gana, en ese entonces una demanda por 769 millones de dólares, que el Estado Venezolano requiere refinanciar y la deuda se extiende a 1.032 millardos de dólares.

De esta manera, el régimen acepta la sociedad con la empresa canadiense para explotar la minería en el AMO y poder pagar lo adeudado con suministros técnicos y el permiso de “exploración”, en casi 560 mil hectáreas. En tal cantidad de acuíferos y áreas arrasadas, es impresionante la contaminación del mercurio -recientemente se aprobó utilizar el cianuro en sustitución del mercurio- utilizado para extraer el oro, y el ecocidio que se está generando en una vasta región que, aun, es uno de los tesoros de biodiversidad más valorados del mundo.

La empresa Gold Reserve, esta aliada a dos empresas de Barbados: GR Mining INC y GR Engineering INC; ambas, filiales de Gold Reserve; una de ellas, con el 45% de acciones de la firma venezolana Empresa Mixta Minera Ecosocialista Siembra Minera, S.A., es obvio, quienes se están lucrando a manos llenas de este tipo de negociaciones, sin importarles el medio ambiente ni el patrimonio cultural de los originarios de estas tierras.

Las 190 etnias, beneficiarias de esta zona sur del país, son las más golpeadas por la razia ecológica producida con descaro y despotismo. Hoy, el pranato minero se adueña de la administración del preciado tesoro con la venia de los acólitos del régimen de Maduro. Militares de alto rango, políticos y bandas criminales son los cancerberos de la región, allí se hace lo que ellos digan.

La prostitución y las enfermedades como la malaria y el paludismo copulan con la población; los desterrados indígenas no pueden pescar porque las aguas de los ríos y manantiales están contaminadas con mercurio y cianuro, el temor se apodera de ellos cuando la necesidad los lleva a consumir agua de estos afluentes; a esto último, se suma la gran cantidad de asesinatos de las etnias que reclaman su patrimonio.

Por eso, el mensaje es a ser radicales contra la vieja praxis de gobernabilidad, y convertir a Venezuela en una gran nación, liberal, republicana.

Coordinadora de Vente Carrizal