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(Mérida. 19/06/2019) Con mi corrupto no te metas es una etiqueta quizás «jocosa» que leí del periodista Daniel Lara Farías y que, sin duda, tiene un trasfondo reflexivo con gran significado. Hoy, el gobierno interino presidido por Juan Guaidó, reconocido por 60 naciones, entre ellas las más importantes de occidente, se enfrenta a graves denuncias de corrupción por el robo de dinero recabado en pro de la ayuda humanitaria en Cúcuta, Colombia.

Los que hemos ido a la frontera, sabemos de primera mano el horror que viven allí los venezolanos, es la crisis humanitaria en todo su esplendor y su visibilidad se hizo más clara el 23 de febrero y días después. Durante mi viaje a la frontera por esos días, veíamos a los niños pidiendo para comer, a las abuelas sin tener donde dormir, a familias enteras varadas que no tenían ni para comprar una botella de agua. El evento del 23F no sólo fue fallido, sino que su logística realmente no existió, fue un verdadero desastre, inaceptable además cuando hoy sabemos las cantidades de dinero que se destinaron para tal fin y que fueron donadas por distintos sectores tanto nacionales como internacionales.

Es preciso recordar esto, para contrastarlo con el «lamentable y bochornoso caso» -así dicho por el Embajador de Venezuela en Colombia, Humberto Calderón Berti- que involucra a miembros del partido político Voluntad Popular en el cual se denuncia malversación de fondos en logística de militares desertores y ayuda humanitaria.

Ante estos miserables hechos, publicados por el periodista Orlando Avendaño del medio PanamPost, el Presidente Guaidó ha reaccionado y ha solicitado públicamente una investigación por parte de las autoridades colombianas para esclarecer el hecho, pero lo que quedó esclarecido fue que el gobierno interino ya tenía conocimiento de esto, y así lo deja saber el embajador Calderón Berti al afirmar que están en la fase final de la auditoría de estas denuncias.

Este hecho, más allá de convertirnos en jueces -que no lo somos- nos trae una profunda reflexión en cuanto a nuestros valores, nuestros principios y lo que realmente queremos para el país. Las viejas prácticas políticas, llenas de vicios heredados no sólo del chavismo, sino ya existentes en tiempos pasados, no pueden seguir teniendo espacio y mucho menos durante una transición cuyo origen es precisamente el quiebre de un sistema criminal para dar paso a un país de justicia y Libertad.

No puede haber transición con impunidad, no puede haber transición con corrupción, no puede haber transición si no entendemos que en el momento más oscuro de nuestra nación deben primar los valores sobre los intereses personales o partidistas.

Algunos han salido a decir que esto es un ataque contra el presidente Guaidó y que denunciar este hecho sólo beneficia a la tiranía. Aquí es cuando sale a relucir la frase «con mi corrupto no te metas», pero esta es una idea falsa que está basada en la manipulación que quizás genuinamente algunos ciudadanos adoptan y que no se han dado cuenta que nos hace daño como sociedad.

El país entero está unido contra un sistema criminal que usurpa el poder, a nadie importa las opiniones que ellos puedan tener o no del gobierno interino, pero la opinión de nosotros, los ciudadanos, si importa, y aún más la opinión de la comunidad internacional, sobre todo cuando hoy más que nunca necesitamos una coalición de fuerza que nos ayude a desalojar a las mafias.

Es por eso que en nosotros no puede existir espacio para actitudes que promuevan ocultar delitos, porque estaríamos fracasando de entrada al cambio real que buscamos para el país.

Lo que esperamos todos es lo que el Presidente -por presión- ha hecho, solicitar la investigación y que se sepa todo, para que finalmente los responsables enfrenten la justicia. Este país no puede tolerar más que los políticos roben como si eso fuese una práctica natural, los ciudadanos debemos demostrar que no estamos dispuestos a aceptar esto, que el político que pretenda hacerse de dinero que no le pertenece sepa que su acción tiene consecuencias judiciales y de repudio por toda la sociedad. La Venezuela en donde robabas y no pasaba nada debe quedar enterrada.

Los partidos políticos y sus militantes -honestos- debemos reflexionar en nuestro rol para hacer de las organizaciones políticas entes respetables. Como miembro de Vente Venezuela, liderado por María Corina Machado, me he identificado con los valores que nos une como partido, y el día de mañana quien en nombre de la organización pretenda ejecutar actos ilícitos para lucrarse de dinero ajeno, sepa que debe enfrentar las consecuencias.

Por eso, como ciudadano que además tengo algunas amistades en los partidos hoy involucrados en este escándalo, en especial Voluntad Popular, les sugiero que como venezolanos velen y ejerzan presión para que sus directivas actúen, caiga quien caiga, y la justicia prime ante prácticas que nos han traído hasta esta tragedia que no estamos dispuestos a soportar más.

A veces hacer lo correcto no es fácil, pero es allí donde se pone a prueba de que estamos hechos y Venezuela necesita hoy más que nunca de hombres y mujeres valientes y honestos.

@adrianalbarran_