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La ruta es una sola, la misma del 16 de Julio  del 2017 que fue retomada el 23 de enero de este año. Los venezolanos no cederemos, no daremos concesiones a un régimen cruel que acabó con las libertades en Venezuela.

No existen puntos medios entre muerte o vida, entre expoliciones o propiedad, entre sumisión y libertad. En Venezuela no existen DDHH, Estado de derecho ni justicia. Vivimos bajo un sistema macabro que intenta dividir a la sociedad, pero además extinguirla. Es dolor, sufrimiento, miseria, un caos total provocado intencionalmente.

Partiendo de este punto, es nuestro deber fundamental recuperar la República, para lograrlo cada ciudadano tiene una responsabilidad individual con el país, salvar a Venezuela depende de todos, pero hay quienes juegan un rol fundamental.

Nadie puede negar que el venezolano lo ha dado todo por la libertad, porque entendimos que es una lucha existencial, por eso, nos hemos unido entorno a la ruta del coraje, la de la fuerza, pero esa misma repuesta no viene de la dirigencia política, sobre todo de la institucional. Aquí hay una sola opción, la de luchar, pero con firmeza. La mayoría de la dirigencia opositora o no entienden el clamor de la gente o son cómplices. La presión debe ser ciudadana, institucional e internacional, pero algunos solo creen que la ruta es la débil con diálogos y falsas electoreras.

En la calle, en cada rincón el clamor a la Asamblea Nacional es aprobar el TIAR y activar el 187.11 porque si algo sabemos es que si nunca pedimos ayuda, esa nunca llegará. En esa ruta institucional, junto a la presión de calle e internacional es en la que cree la mayoría.

Venezuela no aguanta más, se desangra, es literalmente masacrada por bandas criminales. Nos urge una salida a esta catástrofe humanitaria, lo que convierte en esta, una lucha existencial. No hay más tiempo se esperar, es la hora de luchar hasta vencer.

@EmaFigueroaC