Venezuela es un país que está viviendo un diluvio nunca antes visto, hoy respiramos un ambiente sin sentido en el cual cada día aparecen nuevas informaciones. Por un lado la noticia del asesinato del Capitán Rafael Acosta a manos del régimen que cada día que pasa es más franco y directo para hacernos entender que están dispuestos a todo para no entregar el poder, por otro lado, el Presidente (E) anuncia que esta semana se tomarán medidas contundentes luego de evaluar las opciones con sus asesores y aliados, a final de semana y en otra fecha histórica para la República hemos sido convocados a una nueva manifestación para presionar al cese de la usurpación.
Amaneció poco a poco, la mañana estaba fría. Luego de hacer el desayuno oigo caer las primeras gotas de lluvia de la mañana. Recuerdo que en pocos minutos debo bajar a tomar el autobús y que en la parada de siempre, el ladrón de turno en el estado Vargas, decidió quitar el techo que nos resguardaría de la lluvia a quienes cómo yo, deben estar cada mañana haciendo fila para ir a Caracas. Bajo el cerro, comienza a llover con más fuerza. Casi no veo. Inmediatamente pienso en Venezuela y en la lluvia de noticias que nos empapan cada día, cada mañana. No paro de pensar en la visita de Bachelet, la comunista al servicio del Narco-régimen que únicamente levantó un parapeto en un intento de alejar las miradas de Venezuela.
Hoy, a las 5:20 de la mañana, bajo la lluvia y en medio de los gritos rutinarios de cualquier cola en Venezuela no paro de pensar en Rafael Acosta, en su muerte, en sus últimas horas en manos del régimen que supo que podía ser peligroso para sus intereses y que ante la mirada cómplice y sinvergüenza de Bachelet decidió que su destino era la tortura y finalmente la muerte, muerte que esperamos no quede impune. En la calle poco se escucha de noticias, el venezolano está demasiado ocupado buscando algo para comer, una fila con algún artículo con precio regulado, es la única forma para adquirir productos, y así nos dominan.
La visita de la señora Bachelet parece haber servido para poco, al menos para quienes anhelamos el final del narco-régimen que hoy usurpa funciones, pues para quienes ansían anclarse y atornillarse en Miraflores parece que la visita de la comunista chilena fue bastante fructífera.
En un extracto del informe de la señora Bachelet podemos leer lo siguiente: «En el contexto del auge de las protestas antigubernamentales ocurridas en todo el país en los dos primeros meses de este año, mi Oficina documentó numerosas violaciones y abusos de derechos humanos perpetrados por las fuerzas de seguridad y los colectivos armados progubernamentales», reconociendo de forma clara que existe violación de un derecho constitucional como lo es la libre protesta, además de la existencia de grupos paramilitares financiados por el usurpador y sus cómplices, y sin embargo, en este mismo informe podemos leer: “Es preciso que se alcance un acuerdo sobre una solución política para todos los interesados, con medidas para mejorar una amplia gama de problemas urgentes de derechos humanos. Exhorto a las autoridades a que adopten esas medidas para demostrar su compromiso real con la resolución de los numerosos desafíos presentes en todo el país”.
Son las 6:00 de la mañana y el metrobus aún no ha llegado. Pensando en Acosta, se me viene una pregunta a la cabeza. ¿Qué va a pasar con Caguaripano? parece que a nuestros dirigentes hoy solo les parece relevante la liberación de los personeros de sus partidos políticos. Vuelvo a pensar en Bachelet, en su informe. En su descaro. Solo puede ser llamado indolente quien admitiendo una masacre aboga por una negociación entre las partes en conflicto. No señora Michelle, a estas alturas no existe ningún acuerdo entre los asesinos de boinas rojas y los ciudadanos decentes que conformamos este país, gracias por su visita y su informe, pero nuestra ruta es clara. Nuestra ruta es el coraje amparado por nuestra constitución. La ruta a seguir es inequívoca. 187.11 + R2P, esa es la fórmula de la libertad venezolana.
Dejemos de vender los supuestos altos costos que provocarían una cooperación militar extranjera, y comencemos a contabilizar el costo de cada día que pasa sin derrocar al régimen. Personalmente pienso que la visita de la Alta comisionada para los DDHH de la ONU fue bastante negativa en cuanto a la ruta del coraje se trata, la chilena intenta apagar el auge y el grito de los venezolanos torturados abogando por una solución pacífica y negociada que no se materializará, esto en un intento de encubrir a sus camaradas de siempre, los boinas rojas.
Álvaro Jardim
Secretario Político Regional
Vente Joven Vargas