Se ha tejido la falsa sensación de que generar esperanza (irresponsablemente) es una forma efectiva de mantener la llama de la libertad encendida en el ciudadano y para esto, la dirigencia política colaboracionista ha sobreutilizado este recurso, generando fechas, momentos y épicas que suelen, lejos de motivar y esperanzar, decepcionar y generar más desconfianza en el ciudadano, al éste no encontrar respuesta efectiva o tan siquiera ver cumplidos los objetivos de la convocatoria.
Al venezolano lo han convocado a un sinfín de actividades y concentraciones a escuchar el mismo discurso y ver los mismos rostros, y por esto no es casual que en cada nueva convocatoria la cantidad de fieles creyentes sea menor.
Generar una épica o un supuesto momentum sobre las fechas y las acciones políticas debe estar conducido más que por las ganas de llevar gente al espacio, por la certeza de dar pasos firmes y hacia adelante; hacia el objetivo real, que es la salida del régimen.
Aquellos que aún confían en esta dirigencia opositora colaboracionista y asisten a las concentraciones, terminan yendo con la esperanza de escuchar algo distinto y lamentablemente, vuelven a casa con más dudas que seguridades.
En 20 años hemos tenido más desaciertos que aciertos a la hora de salir de este régimen y en gran medida estos han sido por las acciones efectistas, cortoplacistas y carentes de planificación por parte de la oposición. La salida de Maduro y cada uno de los que hacen sufrir a 30 millones de venezolanos será efectiva cuando dejemos de pensar en las próximas elecciones y, sinceramente, nos preocupemos por el futuro de los venezolanos.
¿Es usted político y quiere generar esperanza? Hágalo diciéndole la verdad a la gente, que el venezolano sepa dónde se encuentra parado, que sepa que no vamos tan bien como deberíamos y desde ese hecho, hay que trabajar para recuperar la democracia.
Javier Chirinos