Estás agotada, conmocionada, triste y hay veces que hasta te sientes sola, estas parcialmente destruida, abandonada y agobiada. A veces tu inseguridad retumba y tu silencio aturde, pero eso no es lo que queremos ni lo que me mueve.
Me mueve tu valle de sol, tus montañas, tus paisajes tus hermosas vistas, tu gente con ese calor humano único y especial. Me llenan tus niños, tus abuelos y tu juventud que a pesar de lo mal que te veas, confiamos en ti.
Caracas, hoy no eres la que merecemos porque te han destruido y aun así confío en ti y en quienes aquí habitan para levantarte. Seremos leales contigo, solidarios con nuestro vecinos, amables con todos, respetuosos con los mayores, amigables en la escuela y responsables con nuestro quehacer diario. .
Te mejoraremos, hoy padeces pero te recuperarás, te quiero libre y prospera y que ir a cada rincón de tú ser no sea tan complicado. Son 452 y a pesar de los embates sigues aquí, con tu heroísmo con tu valor amaneciendo con locura y ocultándote con pasión.
Por nosotros y por ti avanzaremos, «porque Caracas el ejemplo dio bajo el amparo del señor».