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«Llamarse jefe para no serlo es el colmo de la miseria” Simón Bolívar.

Desde la perspectiva de quien obedece, será legítimo aquel gobierno que accede al poder, cumpliendo los requisitos que los que obedecen creen que tiene que cumplir para mandar.

Desde la perspectiva de quien manda, será legítimo aquel gobierno que accede al poder y lo ejerce haciendo ver a los que obedece que cumple los requisitos para mandar.

Podemos observar luego de las anteriores visiones que existe un vínculo entre poder y dominación con la legitimidad desde quien lo ejerce y quien obedece. Existe una relación social de obediencia a un mandato. Cuando por costumbre o por medio de una norma establecida o por idealizar a otro con sus proezas, facultades o atributos.

La concepción de legitimidad pareciere emanar de la política, y en un sentido amplio evoca la idea de algo justo, ético, equitativo y razonable, entonces con esta idea no se ve un juicio de valor, solo es la libre voluntad de obediencia, pero está fundamentado en la ley, aunque el sentimiento de quien obedece debe ser satisfecho (importante que no se obvie). Entonces bien, al quien ostenta el poder ser incapaz de cumplir con la solución efectiva de los problemas, quienes una vez rindieron adoración, pierden el respeto y la admiración, este cae en una suerte de desgracia, Y se habrá diluido su legitimidad.

Hemos llegado en Venezuela a un momento en el cual se escucha la expresión “el gobierno perdió legitimidad”, esta se hace más popular y se fija como matriz de opinión, hasta se dan debates en torno a ese tema. Apegándome estrictamente a los tipos de legitimidad que emanan de la tesis de Maximilian Karl Emil Weber (1864) filósofo, economista, jurista, historiador, politólogo y sociólogo alemán, colocaríamos a quien ostenta el poder ahora mismo en nuestro país, en la categoría de Legitimación del poder legal-racional, esta legitimidad deriva de argumentos (ético) racionales. Por ejemplo: “el gobernante manda porque lo dice la ley”, elegido democráticamente es la mejor forma de disponer de unos medios (coerción estatal) para lograr unos fines concretos (seguridad, libertad, etc.). Esta legitimación suele estar presente en las democracias representativas: los representantes gobiernan porque se piensa que su elección “limpia” siguiendo las formas convencionales.

Desde estas líneas sobre el funcionamiento del poder creo que es importante destacar la idea de que el poder político se perpetua en el tiempo porque los gobernados creen que así tiene que ser (por alguno de los tres motivos mencionados anteriormente). Sin la colaboración de los que obedecen o de una parte importante de ellos, la dominación no funciona correctamente. Pero cuando queda entredicha la ascensión al poder u otro motivo, el vínculo se deteriora, las resistencias se multiplican y el poder se ve obligado a hacer malabarismos para mantener su autoridad.