La primera sanción notable contra el régimen de Maduro fue firmada por Barack Obama al final de su carrera presidencial; declaraba a la tiranía como una amenaza inminente para la seguridad de Estados Unidos, y en consecuencia para el resto del hemisferio. Seguramente, consecuencia de las constantes denuncias de líderes de centro-derecha y liberales, como Diego Arria y María Corina Machado, entre los más destacados; quienes desde distintos foros internacionales ya exponían al mundo la constante violación de DD.HH, y más grave aún, la presencia de ‘intrusos’ de la inteligencia cubana en la FAN e instituciones públicas del Estado.
El decreto Obama, fue renovado año a año durante la administración Trump, quien a diferencia de su antecesor, tomó como ‘trabajo propio’ la libertad de Venezuela en sus manos. Durante un discurso del presidente norteamericano en el estado de La Florida, aseguraba, que el fin de las tiranías en Venezuela, Cuba y Nicaragua había llegado, enterrando para siempre el comunismo de América.
Para nadie es un secreto que USA ha dado un apoyo irrestricto al presidente (e) de Venezuela, Juan Guaidó, desde su juramentación el 23 de enero, apegándose al artículo 233 de la Constitución Nacional.
El gobierno de Trump ha sido quien ha impuesto más sanciones contra funcionarios del régimen madurista, las más serias y definitivas fueron firmadas este 04 de agosto, una orden ejecutiva que bloquea todas las propiedades de funcionarios del régimen en los Estados Unidos, e impide operaciones financieras con la tiranía, a resumidas cuentas, un embargo total. No hay más que hablar, es una muestra contundente y definitiva de que occidente no tolerará los crímenes provocados por el comunismo y el socialismo.
Las reacciones no se hicieron esperar, Delcy Rodríguez, Jorge Arreaza y Jorge Rodríguez; mostraron ante los medios su desespero, su furia ante su acelerado final. Por su parte, el Presidente (e) Guaidó hizo lo propio, lo correcto, aceptar la decisión ejecutiva de Trump, parece que comienza a entender lo que es «la fuerza internacional», que es sin dudas, la Ruta del Coraje.
Sin embargo, lo curioso de esta orden ejecutiva, es que, posiblemente sin querer (quién sabe), se convertirá en lo que irá tirando una a una las máscaras de corrupción que empresarios, políticos, o más bien, mercenarios, se colocaron hace más de 20 años, para enriquecerse con la miseria y el sufrimiento de los venezolanos.
Durante las alocuciones reactivas de los voceros del régimen, lanzaron nombres al viento, de grandes empresarios que se lucran de las arcas de la nación, no para buscar salvación, porque entre ellos saben, que su salvación será la inmolación, así, seguro estoy, lo tienen planificado.
Mismo plan, no es el de los mercenarios que desfalcaron la nación y pegaron ‘el hueso del espinazo’ a los venezolanos. Ellos, a quienes iremos conociendo en estos últimos días de 2019, buscarán mantener negocios, fortunas y aferrarse en las esferas del poder. ¡No! No hay más espacio para la corrupción más que las celdas de la justicia.
Nos parecerá una completa aberración, hasta utópico, pero sí, hicieron negocios con la tiranía, a conciencia, porque desde el principio este régimen mostró cuál era su objetivo, cualquier excusa será nula, porque todos sus actos fueron firmados en pleno conocimiento del monstruo.
¿Cuántas empresas han sido usadas para el tráfico de droga por el territorio nacional? ¿Cuántas personas involucradas? ¿Cuántos han hecho contratos multimillonarios en las gobernaciones? ¿Cuántos asesinatos ocultos? ¿Cuántas tumbas ocultas? ¿Cuántos centros de tortura? ¡Muchos, muchos!
¿Cuántos políticos? Muchos. Las máscaras de corrupción están por caer al piso. Se han encontrado la fuerza y la justicia para liberar a Venezuela, es indetenible.
Dilio José Rodríguez
@diliojose