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Vengo de la Venezuela del año 1998, sí justo cuando Hugo Chávez llega al poder, no conozco de libertades y placeres, solo he aprendido a vivir en medio de un país que por 20 años se ha ido a la quiebra y no hay quien lo pueda salvar, esa es mi realidad.

De niña decía que ya vivía en medio de una dictadura, veía como el sueldo de mis papás cada vez se devaluaba más, o como se veían deterioradas las calles de mi país, y si me tocaba acompañar a mis papás al supermercado los anaqueles se iban quedando sin nada, esa fue la Venezuela que me tocó ver, conocer y caminar.

Salir del colegio era una tarea difícil, solo sabía que tenía hora de salida, más no hora de llegada, a veces pasaba hasta cuatro horas dentro de una cola para poder llegar a mi hogar, así pasó mi vida.

Siempre decía que de grande quería ser o politóloga o periodista, y si me iba por el periodismo no quería callar, no quería ser una más del “montón”, cumplí mi meta, fui líder en mi salón, defendía hasta lo indefendible, estando en la universidad decidí hacer país, pero desde la política.

Escojo formar parte de la familia azul de Vente Venezuela, una familia que acoge y hace país,  aunque nos tilden de radicales, solo buscamos la libertad y no disfrazada, esa libertad donde se pueda vivir, trabajar, viajar, hacer y producir para hacer de esta tierra de gracia un #PaísRicoDeVerdad

De seguro usted sueña con verlos crecer en libertad, que olviden de que ayer en la mañana no salía agua por el grifo del lavamanos, y que cuando saliste a trabajar te tocó esperar, por casi cuatro horas, un bus, y por poco eras víctima del hampa, por si fuera poco tu mano fue marcada, te tocó el numero 410 y solo tuviste “suerte” para poder comprar una harina pan, que se acabó en la noche, y mañana será un nuevo día para hacer país.

Verlos crecer en libertad, es hacer de Venezuela una tierra próspera disfrutar de lindos paisajes, personas maravillosas, trabajar y que el sueldo rinda, se ahorre y disfrute, que ir en un bus no sea tan tenebroso, cuando te enfermes no tengas miedo de visitar un hospital. Es esa la Venezuela que todos soñamos, de tierra de gracia.

 

Fabiola Matheus