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En la Venezuela socialista, adquirir la lista escolar alcanza 69 salarios mínimos, cada uno ubicado en 40 mil bolívares. Un par de zapatos puede costar hasta 800 mil bolívares y con esos precios tuvo que lidiar Coromoto González, una representante que puso la educación de sus hijos primero que su vida

Por / Williams Perdomo

Aquella mañana solo se escuchó un golpe en la cocina. Cuando sus hijos la vieron estaba convulsionando en el suelo, no era la primera vez que Coromoto González se sentía mal, ya había estado en el médico y le habían mandado a hacer unos exámenes que en el hospital no se podían realizar por falta de equipos.

Su familia en el exterior había hecho un esfuerzo y le envió el dinero para realizarse los estudios médicos. Sin embargo, esa semana tuvo un dilema: faltaba poco para que sus hijos regresaran al colegio, sin contar con los útiles y el uniforme necesario. Por ello, decidió mentirle a la familia y decirle que ya tenía los resultados. Aquella terrible mañana tuvo que decir la verdad: puso la educación de sus hijos por delante de su vida.

Con dos hijos, uno de 7 años de edad y otro de 5 años, no dudó en utilizar el dinero para pagar los gastos escolares. Lo que no imaginó es que regresaría aquel dolor de cabeza que terminaría con convulsiones y la boca un poco desviada. Ahora, da gracias a Dios por mantenerse viva. Pero el dilema no termina, debe seguir escogiendo entre los exámenes, las medicinas y la alimentación de su hogar.

Se ha hecho común escuchar historias de maestras que narran las dificultades con la que sus alumnos acuden a los salones de clases. Muchas veces los niños acuden sin comer, lo que afecta su proceso de aprendizaje. Esa es la historia de miles de madres venezolanas que afrontan la peor crisis económica, social y política que haya vivido la historia republicana de Venezuela.

Meiby Zambrano, madre de dos hijos, narró al diario El Nacional las dificultades que ha afrontado para adquirir la lista escolar. “Este año ha sido una locura. No contamos con el dinero suficiente para comprar los útiles. Estamos comprando una semana dos cuadernos, otra los zapatos y así vamos haciendo, porque realmente el sueldo no alcanza”, señaló.

Con un sueldo mínimo de 40 mil bolívares, los ciudadanos encuentran elevados precios debido a la destrucción del aparato productivo del país por parte del régimen de Nicolás Maduro.

Un mono escolar cuesta al menos 200.000 bolívares, la franela ronda los 120.000 bolívares y unos zapatos alcanzan los 800 mil bolívares. En total, la ropa que un niño utiliza en su primer día de clases tiene un costo de 1.120.000 bolívares.

Rol de la educación en sistemas socialistas

En libertad, el primer día de clases de los niños es un símbolo de ilusión. Es el inicio de una etapa que dará como fruto una generación de innovación para cualquier sociedad. En socialismo, estudiar es un acto de rebeldía que no lleva sonrisas, sino la consciencia de que en medio de las dificultades logras que tus hijos sean formados.

Javier Chirinos, educador y profesor universitario, narró las dificultades que afrontan los alumnos para continuar formándose en medio de la crisis actual.  “Lo más difícil que he encontrado en las aulas de clases ha sido las dificultades de los muchachos para continuar formándose. A pesar de que doy clases a universitarios, es doloroso ver jóvenes que renuncian a sus sueños por no tener los recursos para continuar”.

Explicó que en los sistemas socialistas se pretende evitar que los ciudadanos puedan tener libre pensamiento y de esta manera lograr adoctrinar a los jóvenes.  “El rol de la educación es garantizar que los ciudadanos puedan desarrollarse para lograr lo que se propongan en libertad. Es decir, si naces en pobreza, la educación te da la oportunidad de crecer económicamente. Pero además, la finalidad de la educación es que las personas puedan pensar libremente”, dijo Chirinos.

Anadió: “Este tipo de sistemas pretenden arrodillar a las personas y evitar que tengan libertad de pensamiento. El ataque a la educación en la actualidad es porque los jóvenes no están respondiendo ideológicamente al régimen”.

Resaltó que los profesores deben exigir la libertad de Venezuela, más allá de mejorar en las condiciones. Debido de que, a su juicio, si no hay una democracia sólida, siempre se verá afectado el gremio de la educación.

“El sistema educativo debe exigir más allá de las mejoras salariales. Los educadores debemos entender que esta lucha va más allá. Nada hacemos mejorando las condiciones laborales, sin tener un cambio real en la educación. Por eso lo que debemos pedir es libertad”.

En la historia, los maestros han tenido un rol fundamental en la formación y educación de los ciudadanos. Chirinos sostuvo que por ello, se debe insistir en que los formadores continúen generando democracia en las aulas de clases.

“Nuestro rol ahora es generar sentido crítico y que los alumnos puedan desarrollar la capacidad de tener pensamientos diferentes. Han buscado evitar que los estudiantes piensen diferente y puedan generar debates, eso es lo que debemos hacer los maestros”.

La educación post socialismo debe ser construida en bases sólidas que permitan a Venezuela colocarse al nivel de los países desarrollados.  “Yo me imagino, en libertad, una educación de primera. Una vez que conquistemos la libertad debemos construir un sistema educativo que sea del siglo XXI y vaya de la manos con los países desarrollados que han colocado a la educación como prioridad”.

Esta situación genera una crisis en el sistema educativo nacional. Millones de venezolanos salen por las fronteras en búsqueda de un mejor futuro, de eso no escapa el magisterio. La diáspora en el sector fue de 40%, según el Colegio de Profesores del estado Aragua

Representantes esperan que termine este periodo escolar para tomar la decisión de emigrar. La Organización de las Naciones Unidas estimó que para finales de este año, saldrán del país al menos 5.3 millones de venezolanos.