Skip to main content
immediate bitwave Library z-library project books on singlelogin official

Si analizamos la evolución política, económica y social venezolana de los últimos años, con la llegada del ex presidente Chávez y posteriormente de su discípulo Nicolás Maduro  -quien hoy usurpa las funciones del ejecutivo- es fácil observar que nuestra tradición republicana, queramos o no, siempre ha derivado en el culto a una personificación política – craso error – que ha conllevado a un estancamiento en nuestra forma de vida y su libre desenvolvimiento.

Las prácticas estatistas y el autoritarismo exacerbado han dejado un daño con secuelas muy difíciles de reparar. Solo basta con dar una caminata por las principales ciudades del país y podremos observar como su infraestructura se encuentra derruida y empañada con el aura gris del abandono, además de eso las industrias trabajan como y con lo que pueden, a pesar de las persecuciones, regulaciones y restricciones de la burocracia estatal. Donde el “amiguismo” es un factor decisivo sobre quien se mantiene y quien no en el mercado empresarial.

Estas regulaciones y persecuciones también han dado paso para que la educación y la salud tanto pública como privada bajen sus estándares de calidad al igual que los servicios elementales donde el gobierno ejerce un total control hegemónico y monopólico (agua, gas, electricidad, gasolina, etc.) aunado a eso vivimos bajo el terror de la inseguridad, donde,  la delincuencia organizada actúa con total impunidad, esto y más es lo que ha degenerado en el destrozo institucional que es una de las causas más avasallantes del detrimento republicano.

El problema de la sociedad venezolana no solo es la inflación económica, sino también la flagelación del desarrollo cultural y moral del ciudadano. Donde le han vendido la democracia como el fin de república, cuando es la democracia en si el medio para la consecución de esta, siendo esta el fin irrestricto de la democracia. Los venezolanos tenemos el deber de reivindicarnos como sociedad y crear una verdadera República democrática liberal garante de los derechos humanos y las libertades individuales, porque, si algo ha caracterizado al régimen chavista es la violación sistemática de estos.

El uso de la fuerza sin justicia, deviene en tiranía, por eso en Venezuela existe una violación ex abrupta del estado de derecho. Esto producto no solo del estoico intervencionismo del estado sino también del desfalco del erario público sin ningún tipo de control ni administración fidedigna, todo bajo la falacia de una supuesta “justicia social” y otras zalamerías socialistas, que solo han sido una alfombra para ocultar la corrupción exorbitante que mancha los pisos del palacio presidencial. Lamentablemente esto ha convertido a nuestro país en una república infértil en cuanto a libertades se refiere, desvirtuando la democracia,  minimizando el estado de derecho y aumentando el estado administrativo, que ha dado paso a una burocracia sin precedentes en nuestro país.

El régimen que actualmente padecemos los venezolanos ha hecho gala de una partidización de las funciones públicas, soslayando el concepto de República y rompiendo el hilo democrático al no respetar la autonomía de las instituciones, lo que le ha dado total impunidad para actuar como les dé la gana sin ningún tipo de limitaciones. Esto se puede observar en la represión desmedida durante las protestas, el asesinato de disidentes e incluso en las elecciones donde no ha habido garantías que permitan el libre desenvolvimiento electoral.

Ante eso los venezolanos seguimos de pie, nuestra lucha no ha mermado, entendiendo que el problema no solo es una lucha contra un régimen político sino también de mafias, terrorismo y narco-tráfico, que ha corrompido y desvencijado a nuestros ciudadanos, sin embargo desde Vente Venezuela estamos convencidos que lograremos deponer al tirano y recuperaremos nuestra nación, pasaremos de ser un terreno estéril a ser una tierra de gracia, una tierra donde se respeten los derechos y libertades fundamentales de nuestros ciudadanos, donde el emprendimiento será bandera así como el empoderamiento ciudadano, donde habrá un estado más pequeño pero fuerte y un individuo más grande.

Desde aquí seguiremos luchando en pro de la libertad y por los ciudadanos libres, la libertad no se conquista con huidas y a pesar de que caigamos muchas veces, somos agentes de cambio y tenemos el poder de levantarnos con más fuerza. Pronto seremos ese país rico de verdad que tanto soñamos. Solo debemos tener fuerza y coraje.