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Desde hace meses, se ha venido generando una matriz de opinión que vislumbra Venezuela como un país que ha mejorado económicamente a pesar de estar sometida a un régimen dictatorial socialista que ha destruido el aparato productivo. Sin embargo, esta situación de “mejora” económica no es más que una realidad ficticia (o falso Estado de Bienestar) creada a adrede por la dictadura –y una oposición que solo se enmarca a temas inocuos e irrelevantes- debido a las sanciones de la comunidad internacional que pesan sobre ella; Venezuela se ha convertido a raíz de esta situación en una lavadora de dinero del narcotráfico, tratas de blancas, tráfico de oro y minería ilegal, entre otras. Nos damos cuenta de esto cuando el mismo régimen impone a los ciudadanos un sistema absurdo de compra y venta de una criptomoneda creada por ellos y que no puede ser utilizada en el mercado internacional.

Esta realidad económica ficticia puede verse reflejada de distintas formas, como la inyección masiva de capital en la economía y la “liberalización” de la misma, que no es tal porque todos los instrumentos jurídicos y de hecho que ahorcaban y ahorcan a los sectores productivos del país siguen vigentes y en cualquier momento podrían ser reactivados para terminar de mermar aún más, la capacidad económica del venezolano. Sin embargo, parece, entre las fluctuaciones y contracciones del mercado venezolano –y del poder adquisitivo de sus ciudadanos- se deja en evidencia que esta inyección tan masiva y sin orden, es causal de la creación de una fluctuación económica ficticia, la cual produce un efecto boomerang en sus ciudadanos, ya que los precios, al estar dolarizados a causa de esa falsa “liberalización” y el flujo de dólar americano tan desmedido en nuestro mercado ocasiona que los precios estén fijados a dólar, (siendo el precio en dólar el precio real del producto), dejando así que el bolívar fluctúe sin menoscabar los intereses del comerciante. Generando así un “Estado de Bienestar” ficticio, ya que el ciudadano percibe que le fluye dinero el cual puede estabilizar sus necesidades básicas e inmediatas, cuando realmente es el costo real de los productos del mercado imponiéndose ocasionando que los precios no sean virtuales, si no reales. 

           
Lo cual, hasta ahora suena bien, sin embargo, al ser esto así, ya que el mercado, innegablemente se impone ante la realidad efectiva económica de los ciudadanos, el mismo ocasiona una burbuja de cristal en los ciudadanos. Ya que, al acabarse el flujo de divisa en el bolsillo de los venezolanos, dicho ciudadano cae en cuenta de su realidad económica ficticia, sin embargo la misma es subsanada por la propia fluctuación irreal del mercado –generado por el falso Estado de Bienestar- el cual hace el ciudadano vuelva a tener liquidez de divisas en sus bolsillos, subsanándole sus necesidades básicas e inmediatas. Generando así un bucle en la economía nacional tan nocivo, silencioso y dañino como el socialismo mismo.

Esto se refleja en actos del régimen al designar la criptomoneda ilegal del “Petro” cómo una alternativa de pago efectiva para la satisfacción de las necesidades básicas del venezolano… Atribuyéndose el régimen de proveer servicios en cumplimiento de los derechos sociales a la totalidad de los habitantes, cuando esto en realidad queda como un resultado virtual debido a que esa inyección de dinero es falso, además de que el Estado utiliza la violencia para robarle a quienes producen y mantiene a quienes destruyen riqueza con el «discurso» de la justicia social.

No se debe confundir la naturaleza de la dictadura que hoy oprime la nación, no les interesa el bienestar de los ciudadanos ni mucho menos el de la economía, les interesan sus bolsillos y nada más. Odian la libertad, porque es lo único que al final rompe las cadenas de la dependencia económica del ciudadano con el estado, y destruye el paternalismo estatal que tanto daño le ha hecho a los venezolanos.

Venezuela, entonces, a pesar de la liquidez monetaria y de todo cualquier rastro de “mejora económica” está hoy en día más cercana a una desmejora que a un avance. Venezuela hoy en día es un enfermo que tiene un médico que solo le receta paños de agua tibia y placebos para el cáncer, un médico que no extirpa, un médico que no opera.

Venezuela, está peor.

@Blancoswald

@RicardoBeyloune