Skip to main content
immediate bitwave Library z-library project books on singlelogin official

En una Política Inteligente no basta con hacer las cosas bien bajo la mirada de la mayoría; sino el de realizarlas con coherencia, determinación y al costo que sea con tal de que no se sacrifiquen los principios morales que han de regir nuestras acciones.

Es por ello que, hablamos de la voluntad política como pilar de la Política Inteligente. Consiste en dejar de lado el “qué dirán” o el pragmatismo tradicional, para actuar apegados a los principios, valores y tener el coraje de tomar las decisiones que se deban de tomar para mantener el Estado de derecho.

Es decir, la voluntad política que ha de tener el político inteligente no es simplemente el decir las cosas que los otros no dicen, ni hacer lo que los otros no hacen. Se trata de hacer lo que se debe hacer, responder a lo que se debe responder, apegados a las necesidades del mercado, y decir lo que se deba decir, sin importar los costos en la opinión pública o las presiones que determinados grupos impongan.

Voluntad política necesaria es enfrentar a las mafias de todo tipo: desde el narcotráfico hasta las propias mafias creadas y controlados por grupos de interéses económicos y políticos.

Voluntad política necesaria es vencer el clientelismo tradicional para propiciar una economía en donde todos compitan, desde el más grande hasta el más pequeño; y sin privilegios.

Una voluntad política con coraje es defender la única igualdad posible del ser humano: aquella que es ante la Ley; y a partir de ello, reprender a quién se deba reprender por considerarse más igual a otro.

Así, hacer las cosas bien no puede ser visto como una premisa de trabajo o servicio obligatoria, sino una respuesta natural a la convicción propia del individuo: lo bueno se apremia, lo malo se reprende.

La política tradicional venezolana ha utilizado el chantaje del pragmatismo para posicionar una cultura en la cuál los grises, puntos medios y las respuestas tibias sean cotidiadas y debidamente aceptadas; cuando realmente son las respuestas vagas, fáciles y complacientes con las cuales se les ha mentido a los venezolanos durante décadas.

Ser pragmático no necesariamente es hacer las cosas bien o actuar con una voluntad política decidida y corajuda; al contrario, el pragmatismo es literalmente una balsa sin rumbo en mitad del océano: para dónde tire el viento, hacia allá irá la balsa.

Una Política Inteligente demanda contundencia, determinación y por sobretodo convicción en lo que se decide, hace y ejecuta. Demanda una voluntad política que no le tema a enfrentar las voces en contra de la prensa y la opinión pública, mientras sepa que se corrigen los problemas de raíz.

Más concretamente, Venezuela requiere de líderes que no les de miedo tomar la acción que se debe tomar. A fin de cuentas, la Política Inteligente será regida por aquellos individuos que fieles a sus principios, sabrán valorar debidamente los fines que deberán conquistar.

Economista, con máster en Gestión Pública y Gobierno

Coordinador de Vente Mundo y Vente Los Salias

@FabioLValentini