(Carúpano. 12/02/2020) En Venezuela Todavía resuena la frase: “La idea es sumar el mayor número de felicidad al pueblo”. Me supongo que esto se debería traducir en mayor de calidad para los ciudadanos, entonces cabría preguntarse ¿cuál ha sido el progreso en este sentido sobre todo en las clases menos privilegiadas?
Hagamos un repaso por diferente sectores: (i) Alimentación, es uno de los rubros sociales fundamentales, considerando que a partir de este se genera el éxito o fracaso del resto de los componentes, desde hace rato la asequibilidad a los insumos de una cesta “básica” es poco menos que imposible por las vías ordinarias, el grueso de la población ha quedado dependiendo de un aporte de carbohidratos de dudosa calidad, que a bajo costo ofrece el régimen, y en la mayoría de los casos, de una manera irregular y generalmente condicionada.
Esto ha incidido de manera determinante en (ii) la Educación, cuyos niveles de ausentismo y deserción son alarmantes, que de manera bastante sensible se evidencia en todos los niveles del espectro educativo nacional, especialmente en las unidades educativas públicas, lo que repercute directamente en la marginalidad de los grandes sectores sociales del país.
A esta situación hay que sumarle la pésima calidad de (iii) los Servicios Públicos, como la recurrente interrupción y fluctuación del fluido eléctrico, la intermitente y muchas veces hasta absoluta disponibilidad de agua y, en la mayoría de los casos de muy poca potabilidad, las pésimas condiciones y disponibilidad de servicios e insumos de los centros de asistenciales, las eternas colas sobre todo de personas de la tercera edad, para el cobro de un “derecho” consagrado en la Constitución, que dicho sea de paso, es totalmente desfasado de la realidad económica del país.
En el caso de (iv) la Seguridad, las condiciones de inseguridad y la fácil disponibilidad y acceso a sustancias de consumo ilegal notoria sobre todo en las barriadas, entre otros factores, nos conllevan a deducir que lo que ha experimentado nuestra sociedad lejos de ser una suma de felicidades, ha sido una suma de calamidades que nos ha sumido en una “oscura época”, con resultados desastrosos para el bienestar del pueblo venezolano.
Alfredo Tatá Bertoncini