La educación es un proceso que exige múltiples decisiones e influencias constantes, mediante las cuales las personas construirán aprendizajes sobre valores, conductas, conocimientos, entre otros.
Se trata de un proceso permanente que comienza en el nacimiento, se desarrolla en la infancia y continúa a lo largo de toda la vida de la persona.
Es objetivo es el desarrollo global e integral del individuo. Es por ello que la educación va a determinar el modelo de persona en que se convertirán los pequeños y, de eso, dependerá en gran medida, sus logros y felicidad futura.
Nuestro papel como educadores es muy importante para el desarrollo sano y feliz de los pequeños, porque debemos generar confianza a través de herramientas pedagógicas y así conseguir las metas propuestas.
Aunque no existe ninguna fórmula mágica y la educación supone una relación entre personas y el proceso educativo siempre va a ser variable, con diferentes problemáticas e implicaciones, la educación de calidad, es una educación efectiva.
Por esta razón el educador no debe castigar o frustrar emociones cognitivas, sino ver esos conflictos del educando de manera positiva. Las claves están en que el docente aplique la comprensión, normas o disciplinas coherentes, la paciencia, firmeza, el ejemplo, la confianza, la efectiva comunicación, dedicar el tiempo necesario y fijar los límites.
Pero para lograr esa educación de calidad, es necesario que se apliquen también medidas positivas que estimulen, animen al educador. Por ello se debe contribuir con su capacitación y actualización permanente en el área pedagógica, didácticas, planificación, organización, entre otras; Así como tomar en cuenta la meritocracia, el ascenso, estimular la honestidad y responsabilidad, ambiente laboral proactivo, sano de convivencia, etc.
Todas esas medidas ameritan que vivamos en democracia, con un modelo de país distinto al desastre que implica el socialismo o revolución que rige actualmente en Venezuela, con un régimen criminal, bárbaro, que no le interesa un hombre con conocimientos para que sea crítico, independiente y emprendedor, sino para que permanezca en la oscuridad, sea sumiso, obediente de las imposiciones de quienes rigen ese sistema y mantenerse en el poder.
En este sentido, los educadores, padres y representantes, así como los actores políticos deben tomar en cuenta éstos y otros aspectos que se relacionan con las exigencias educativas de la Venezuela actual, primero para lograr la libertad del país y a su vez conseguir una verdadera educación de calidad, que redundaría en ciudadanos mejor formados y un mejor país.
Como educador y dirigente, estoy convencido que la organización política Vente Venezuela, liderada por María Corina Machado, impulsará esa educación de calidad que tanto necesitamos para lograr el bienestar y desarrollo del país en democracia.
Prof. Nelson Mathus