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La epidemia del coronavirus se desató a principios del mes de Diciembre de 2019, en la ciudad de Wuhan, China, país donde impera una dictadura atroz, y que por intereses económicos, sus gobernantes actuaron negligentemente, mintieron y escondieron pruebas, muestras e informe médicos sobre la existencia de la virosis que originó que se expandiera por el mundo.

Al extremo que el médico Li Weniang que detectó el virus, lo anunció e hizo su advertencia fue privado de libertad por el régimen, le hicieron que firmara un documento donde manifestaba que su información era «falsa» y otros médicos fueron perseguidos y silenciados.

 El Dr. Weniang al salir en libertad continuó su trabajo, salvando vidas, pero fue contagiado y murió a los 34 años, dejando a su esposa embarazada (amenazada que no podía hablar) y un hijo.

Hace poco por la presión de los ciudadanos chinos, el régimen se vio obligado a pedirles «solemne disculpa» a los familiares del extinto galeno.

Fue tanto la irresponsabilidad de la dictadura China, que en enero cuando se conmemora el año nuevo chino, celebraron la famosa cena de año nuevo, donde los hoteles, restaurantes, bares, discotecas, demás sitios de recreación y la congregación de familiares en sus hogares, hizo que se propagara el contagio del coronavirus tanto en China, como en otros países.

Ante esta situación de propagación del Covid-19, la Organización Mundial de la Salud, dictó la Declaratoria de Pandemia Mundial. Este coronavirus trajo consigo un sinnúmero de muertos en China, pero quedó demostrado que los regímenes dictatoriales, no les importa la vida de sus gobernados, sino sus intereses económicos, de ahí, que los chinos aprovecharon la debacle financiera originada por el coronavirus, para adquirir  las acciones de empresas de Europa y USA, instaladas en China a precio de gallina flaca; aumentando su poderío económico.

Ha sido alarmante su propagación hacia Europa, especialmente España e Italia, siendo este último el país más longevo después de Japón, donde los italianos tienen una gran tasa de personas cuyas edades entre 70 y 90 años, siendo éstos proclives al contagio del Covid-19, por sus edades y enfermedades preexistentes, ambos países del primer mundo con un gran sistema de salud, equipos y medicamentos, han tenido una gran mortandad, que han tenido que sacrificar a los viejos para salvar a los jóvenes.

En Venezuela igual que su similar chino, el régimen trata por todos los medios de ocultar la realidad con respecto al coronavirus; encargó  de todo lo relacionado con el Covid-19, a una abogada y un militar (Delcy y Padrino), porque para ellos, es más importante sus incondicionales y leales, que nuestros científicos y médicos venezolanos, que han demostrado en el mundo que son buenos; anuncian con bombos y platillos la llegada de unos médicos cubanos para tratar el coronavirus, muchos de los cuales ni médicos son (caso Bolivia), y la medicina cubana es científicamente atrasada. Pero importa más lo ideológico que la vida de los venezolanos.

Por otra parte, el vocero del régimen es un mentiroso compulsivo Jorge Rodríguez, y no el Ministro de Salud, es decir no existe una información oficial veraz y transparente sobre el Covid-19. Práctica igual a dictadura China, presos y perseguidos médicos, enfermeras y periodista que denuncien la existencia de personas contagiadas.

El régimen decretó la cuarentena, militarizó el país, que es una forma de control social, no hay combustible, que paradoja en un país petrolero, con las mayores reservas, no tiene gasolina.  Llegará el momento que no podrán los ciudadanos ni disponer de sus carros, para comprar alimentos, ni los vehículos que transportan alimentos podrán desplazarse  por falta de gasolina y gasoil (los tochos con sus hortalizas y frutas).

No importa que el 80% de los venezolanos estén dedicados a la economía informal, que vive el día a día para llevar el pan cotidiano a sus hogares; como harán para mantener a su familia, si tienen que estar encerrados como prevención para salvar sus vidas. Pues tienen que enfrentar 2 pandemias, la del coronavirus con un sistema de salud colapsado, con los hospitales y centros ambulatorios destruidos, sin medicamentos y equipos médicos y del hambre por no producir el sustento para su hogar (informales) y sueldos míseros (formales), aunado a una hiperinflación y un estado que no implementa políticas de ayuda real a la población, por ello ambas producirán su muerte.

No pensará  el régimen, que con la migaja de las cajas Clap, centro de corrupción y discriminación, porque solo las entregan a sus camaradas, que las otorgan cada 6 meses, van a soportar esta hambruna los venezolanos. Pero tengamos fe en Dios, en su misericordia. Y que sea benigno con nosotros, mantengámonos en nuestra casa; como medida preventiva, salir un solo miembro a comprar alimentos, con guantes, tapa boca, lavar las manos con jabón, así nosotros podemos evitar causarnos la muerte.

Aprovechemos nuestro tiempo estudiando, ampliando nuestros conocimientos profesionales, lectura de libros interesantes para aumentar nuestro acervo cultural, terminar  ciertos proyectos, ver películas, expresarle a tu esposa o compañera cuanto la quieres, a los hijos y padres. Para finalizar descarten caer en angustia, miedo, temor, crisis, zozobra, pensar en déficit o quiebra financiera, porque estos elementos, hace mucho daño a nuestro sistema  inmunológico y es caldo de cultivo para el coronavirus que es agresivo y letal, menos pensar en suicidio. Hasta ahora no existe ninguna «Vacuna» contra el coronavirus, existe el medicamento Cloroquina con cierto éxito en algunos países como USA. Disfrutemos nuestro confinamiento en nuestros hogares, dándole gracias a Dios por estar vivo y saludable extensivas por la salud también de nuestros familiares.

 Pronto saldremos de las pandemia del coronavirus y del régimen.