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Son muchos los días en que hemos especulado cuándo sería el año en lograríamos salir de la narcotiranía, pero nunca lo habíamos sentido tan cerca como lo está ahora. Y todo apunta a que será la siempre burlada estrategia de la fuerza por los hombres G, quienes decían que eso no era como pedir pizza o que debíamos resolver nosotros mismos nuestros problemas, que perdían la oportunidad de ser el centro de atención como que si esto es cosa de brillar ante una cámara. Hoy nuestra gente, nuestra ciudadanía, sufre una agonía constante; aparte del drama social, siente un pánico terrible de seguir viviendo sin lo más preciado, que es su libertad.

Las amenazas del régimen no cesan y cada día son peores, de muerte inclusive. Los objetivos de la comunidad internacional son ellos, pero el objetivo de ellos somos nosotros y ante eso no nos puede agarrar la gripe sin pañuelos. En las épocas más siniestras los enemigos más feroces atacan con todo en su últimos respiros y, antes de que la comunidad internacional cumpla con su responsabilidad, debemos entender que ellos no se irán sin llenar sus manos de sangre; una vez más, sin contemplaciones ni escrúpulos de ningún tipo.

Es por eso que debemos estar preparados, aun en la situación en la que estamos, porque este proceso que estamos viviendo es nuestra lucha, fruto de nuestro esfuerzo y de nuestro legado. Por tal motivo, la amenaza creíble para los criminales es, sin duda alguna, nuestra propuesta.

Más que alarmar, quiero dar ánimos, pues en un momento del año pasado me tocó huir por una situación política y fue allí donde la ciudadanía defendió, todavía más, lo que hacíamos y demostró que ya no complacerían a los traidores.

La ciudadanía sabe muy bien quién defenderá hasta las últimas consecuencias los deseos de libertad de un pueblo oprimido. Seamos cautelosos, pero no cobardes; mansos, pero astutos; sin olvidar que la Venezuela libre necesita ciudadanos libres, no solo de cadenas, sino de pensamientos.

Daremos vida a la Venezuela liberal y al Guárico que tenemos en nuestro corazón y pensamiento.