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¡Saludos Venezuela! Como exponía en artículos anteriores, Reconstrucción y Refundación son las dos tareas más retadoras que corresponde afrontar a nuestra generación luego de que acabe la pesadilla del siglo XXI. Hemos visto las dos caras de la moneda venezolana, la que añoramos y la que detestamos, por ello miro hacia la reconstrucción del país ya no como una necesidad sino un deber de los demócratas que dejaremos un legado positivo a las generaciones futuras.

En redes y medios de comunicación hemos escuchado o leído diferentes iniciativas presentadas por personas, agrupaciones y partidos políticos sobre su visión de país. Sus propuestas que pudieran ser más o menos acertadas en las diferentes etapas de la Transición política que viene en Venezuela, tienen una innegable intención de colaborar en la reconstrucción y permea en ella una vocación democrática.

Para desentrabar el Estado que el legado político del Socialismo del Siglo XXI nos impuso, los ciudadanos deberíamos presionar a los actores políticos de la Transición para que promuevan iniciativas parlamentarias que deroguen las múltiples leyes y decretos “del poder popular” dando paso a un marco legal más amplio y directo que haga fluir una nueva economía. Todo ello por supuesto, sin olvidar la atención debida (limitada en el tiempo y cumpliendo ciertos requisitos) a los estratos sociales más desvalidos; eso sí, deslastrados del complejo paternalista de un Estado hasta ahora omnipresente.

El tamaño del Estado y su influencia en la nueva sociedad venezolana debe reducirse a la mínima expresión posible, a partir de la transición debe ser un ente meramente regulador y canalizador de la sociedad garantizando el estado de derecho, donde reine la meritocracia y cesen las corruptelas. Leyes como la de Carrera Administrativa deben ser pulcramente cumplidas (y revisadas para deslastrarla de tintes políticos) para garantizar una generación de nuevos funcionarios que cumplan con su trabajo, libres de corruptelas y con méritos para ejercer un servicio meritorio al país.

Hemos visto que el Estado forajido instaurado en Venezuela durante veinte años intentó apoyar su política económica con un marco pseudo legal que le otorgó el poder de intervenir en todos y cada uno de los estamentos del país. Y los resultados de tal intervención están a la vista en unas proporciones inéditas en el mundo moderno. Es por ello que hablamos de reconstrucción, es muy poco lo que se puede rescatar y hay que comenzar prácticamente de cero. “Venezuela en Obras” creo que es la nueva fase que enfrentaremos los ciudadanos, todos debemos participar en la transición y decidiremos libremente sobre el futuro de nuestro país.

@FJairofer