Venezuela, inmersa en una red de corrupción vive entre el descaro, la irresponsabilidad y los antivalores enseñados en cada actuación que realiza la narcodictadura. Maduro llega al poder en medio de acusaciones de ilícitos electorales, que hasta la empresa de las maquinas electorales lo declaró. Derrumbaron la economía del país arrastrando y hundiendo a PDVSA, se llenan la boca hablando de soberanía y ahora no somos, más que una colonia de Cuba.
Teníamos la fuerza armada con el mayor apresto operacional de América del sur y ahora la vemos sumida en la corrupción o de vendedores de papa, pasaron a vender la gasolina y en dólares, se diría que han progresado. La economía muestra el camino a la miseria, en abril del 2013 el salario mínimo oficial era de 105$, en abril de 2020 el salario mínimo (pírrico) es de 2,34$ al cambio oficial (el dólar que no se encuentra). Como verán, si el salario no tiene poder adquisitivo, los aumentos no alcanzarán para nada. ¿Cuándo lo van a entender? Digo los venezolanos, no la narcodictadura, ellos ya lo saben.
O es que la mano izquierda solo sirve para cubrirse la cara después de ir al baño. ¿Cuánto hace falta de materia gris? Para entender que una economía no puede prosperar sin inversiones nacionales e internacionales, que el aparato productivo debe contar con libertad para mover el capital, comprar y enajenar materia prima, bienes, muebles e inmuebles, productos sin más riesgos que los pertinentes a los movimientos del negocio, es decir, si pierden debe ser por fallas del tipo de negocio o errores cometidos en el mercado o una mala inversión. Para ello, necesitan las debidas garantías de respeto, del derecho y demás basamento legal para la protección, el respeto al trabajo y al capital. Sin esto es imposible que exista producción, la amenaza constante de ocupación, expropiación, control o vigilancia no produce buenas sensaciones al inversor, productor, constructor, fabricante, comerciante o empresario.
Sino corrigen esta absurda o premeditada actuación, no habrá producción de alimentos, empleos de calidad, ni calidad de vida, y si además no desarrollan el principal producto (no produce, ni refina petróleo y no aprovecha los subproductos derivados, ni produce patentes del refinamiento y elaboración de productos nuevos motivando la innovación) sencillamente agotaran los demás recursos como el oro, entre otros; no habrá aumento de salario que valga, el hambre de la gente seguirá creciendo y con ello las muertes por inanición, violencia y persecución, el poder adquisitivo de los ingresos desaparecerá.
La urgencia alimentaria, de salud y demás servicios continuará creciendo y agobiando al ciudadano. Quizás dirán que es llover sobre mojado, pero mi consciencia me dice que no acepte. Este terrible salto al vacío amo a mi familia, a mis amigos y a mi tierra, valen mucho más y merecen cualquier sacrificio. Así que continuaremos luchando. Cada día somos más los que sabemos dónde está la solución. ¡Vente reconstruyamos Venezuela! Una en libertad, honesta, basada en valores y con respeto a los derechos.
Dios no olvida.
En Dios confío.