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La problemática de la movilidad en Caracas, por una parte, presenta una amplia y nutrida cantidad de dimensiones para estudiarla en su conjunto, y por otra, representa un gran desafío si consideramos que el transporte debe ser concebido y analizado, tanto desde la infraestructura, como de los servicios prestados (operativamente), factores históricos de crecimiento y asentamiento urbano, gobernabilidad, elementos de carácter económico, idiosincrasia de la ciudadanía y sus necesidades de movimientos, privatización de la operación del transporte público, las formas o políticas de gestión, entre muchas otras.

Incluso, considerar la multiplicidad de factores que intervienen en el comportamiento del sistema de transporte en Caracas, supone la inclusión de términos como: sostenibilidad y movilidad sostenible, otorgando un carácter integral e interdisciplinar que trasciende en la población que se sirve del sistema de transporte, garantizando mayor equidad e inclusión. La Sostenibilidad (concepto ideado en 1987 en el informe Nuestro Futuro Común dirigido por Brundtland), refiere al desarrollo que satisface las necesidades del presente sin comprometer la habilidad de generaciones futuras de satisfacer sus propias necesidades. En su sentido más amplio, la sostenibilidad es todo lo que hacemos para mejorar nuestras vidas desde el punto de vista ético, político-institucional y científico, teniendo como características principales, un visón integral con principios trascendentales e interdependencia. Considerando lo anterior, el término de Movilidad Sostenible, es el conjunto de desplazamientos que las personas y los bienes deben hacer por motivo laboral, formativo, sanitario, social, cultural o de ocio, o cualquier otro (Ley de movilidad Sostenible de Cataluña 2003). Por todo lo anterior, vale la pena vincular, planificar, analizar y operar de forma directa, todo lo relacionado con los sistemas de transporte desde la mirada de la movilidad sostenible.

Analizar la situación de Caracas en términos de movilidad sostenible, pasa por comprenderla desde el punto de vista económico, social, ambiental, institucional, ético, etc. Así, adquiere un carácter holístico y mantiene en el centro de foco, al ser humano como principio fundamental del desarrollo sostenible.

Caracas, presenta una serie de desafíos de gran importancia y que son necesarios analizar muy detalladamente. Podríamos mencionar algunos: no posee un sistema integrado de transporte público (a merced de los primeros intentos realizados por CA Metro de Caracas con Metro-Metrobús), baja capacidad de las unidades en corredores troncales, no presenta terminales formales para las rutas de transporte urbano y suburbano, existiendo casi todas, sobre la vía pública, falta de inversión en la red vial (incluyendo aceras nuevas o mantenimiento de las existentes), incentivo permanente al transporte particular (motos y vehículos), saturación de la capacidad de transporte del Sistema Metro de Caracas (subterráneo), insuficiente oferta de transporte público superficial, y así, un largo etcétera.

Considerando lo anterior, una nueva situación aqueja a la ciudad de Caracas y el mundo por la presencia de la pandemia originada por el Coronavirus denominado COVID-19. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), es una enfermedad infecciosa causada por el Coronavirus que afecta de manera importante al ser humano, teniendo a la fecha un total de 8.410.682 casos confirmados según lo reportado por la Universidad de Johns Hopkins. Esta situación, ha hecho que todas las ciudades del mundo, reconfiguran sus servicios de transporte para seguir prestando un servicio, altamente priorizado para los sectores más sensibles de la sociedad y con altos costos de funcionamiento por el mantenimiento y labores de desinfección. Esto inevitablemente, ha ocasionado un impacto directo a los planificadores del sistema, líderes políticos, operadores y ciudadanía.

Sin embargo, toda situación compleja trae consigo un sinfín de oportunidades, transformando los retos o desafíos en situaciones positivas. En este caso, la aparición del COVID-19 en Venezuela, trajo consigo una serie de cambios importantes para las ciudades como Caracas, asumiendo un rol diferenciador con las políticas del pasado para los próximos años, tales como, cambios de paradigmas en cuanto a la forma de movemos, formas de comunicarnos, pagos por el servicio, preponderancia por el transporte no motorizado, entre otras.

A continuación, se mencionan solo algunas recomendaciones para que los sistemas de transporte de Caracas, puedan adecuarse, tanto en la situación actual para prevenir contagios, como aquella planteada para la era post-COVID-19:

Actualmente:

  • Limitar el número de pasajeros por vehículo. Una estrategia compleja de ejecutar, considerando la baja oferta de unidades existentes. Aun así, actualmente se plantea entre operadores del servicio, no transportar personas de pie. Si la condición de la demanda cambia, se recomienda aumentar paulatinamente la oferta.
  • En el caso de unidades con puertas para el desembarque, delanteras y traseras, se recomienda habilitarlas para evitar el contacto entre personas y superficies.
  • Usar obligatoriamente, mascarillas (tapabocas) y guantes por parte de los conductores y pasajeros.
  • Mantener por parte de los operadores, labores de desinfección constantes.
  • Cumplir con los horarios establecidos para el servicio de transporte.
  • Mientras se pueda, limitar los viajes de media y larga distancia de la ciudad.
  • Ofrecer una buena y exhaustiva campaña informativa acerca de los cambios del servicio, tarifas, flota disponible, itinerarios, entre otros.
  • Incluir herramientas tecnológicas en la operación del servicio que les permitan tanto a planificadores como usuarios, la posibilidad de conocer la situación de cada ruta en la vía.
  • Priorizar en el sistema de transporte, a los usuarios que necesiten trasladarse dada la naturaleza de sus labores.

Post-COVID-19.

  • Considerar la aplicación de políticas públicas que fomenten el uso de transporte no motorizado (bicicletas y a pie), como alternativa al uso de buses.
  • Evitar a toda costa, el fomento indiscriminado del transporte individual.
  • Incorporar en los sistemas de transporte público, alternativas limpias conforme a estándares internacionales.
  • El transporte masivo deberá exigir uso de mascarillas (tapabocas) y guantes para su uso.
  • Implementación de campañas informativas acerca de las medidas de salud pública e higiene.
  • Fortalecer en la ciudad las redes de telecomunicaciones que permitan reducir la cantidad de viajes diarios.

Así, se plantea analizar la movilidad sostenible en Caracas bajo tres tiempos: antes, durante y después del COVID-19, aun cuando los servicios de transporte son la piedra angular de las ciudades, representa un servicio que debe sufrir una reestructuración total para su buen funcionamiento. Las erradas políticas públicas por parte del Estado, no han garantizaron en el pasado, un sistema de transporte que ofrezca una mayor equidad, acceso, reduzca la desigualdad y la pobreza, aumente el empleo directo e indirecto, coadyuve en una mejor calidad del aire, garantice negocios rentables, integre la ciudad como una red, entre otras. Por ende, esta reflexión solo debe llevarnos a explorar nuevos paradigmas relacionados con la movilidad sostenible, dejar en el pasado la política de la improvisación y adentrarnos en esquema de trabajo que garantice una mayor calidad de vida a los habitantes de las ciudades, especialmente Caracas, tal y como se plantea en los ejes de trabajo del Proyecto Vente Venezuela Caracas-Ciudadanía.

Andrei León

Correo: [email protected]

Twitter: andreileon23

Instagram: andreileon23

NOTA: El geógrafo Andrei León es asesor independiente en esta área. El presente artículo es en colaboración a la coordinación de Gestión Pública de Vente Venezuela en Distrito Capital.