En orden a los aspectos que aquí nos traen, he estado colocando en este espacio tres asuntos que, a pesar de ser vitales para la existencia de la ciudadanía, de manera gregaria, no son tomados en cuenta debidamenre, denotando la fragilidad que experimentamos en nuestra realidad.
Hago referencia a: La seguridad, el bien común y la justicia. Como ya es usual en mis apuntes, aquí caben otras interrogantes: ¿Quién no desea gozar de la anhelada SEGURIDAD de su vida de manera integral, de la protección de sus bienes e intereses y al llegar a una determinada circunstancia, cuando la fuerza física merme por edad o discapacidad, poder contar con un fondo que de alguna manera ayude a solventar ciertas necesidades? ¿A quién no le interesa que los bienes reconocidos como públicos se encuentren a la orden y en beneficio de todos, en el marco de los principios de progresividad y favorabilidad, que son de rango constitucional? Por último, ¿Acaso no existe en todo ser humano el don natural de apreciar, considerar y determinar lo JUSTO como expresión del valor JUSTICIA?
Mencionado lo anterior, la experiencia lleva a observar que no son muchos a quienes los referidos aspectos les importen, llegando algunos a expresar que esos son asuntos para la filosofía, la academia y la retórica que adorna los discursos. Sin embargo, aquí hay que resaltar cuán equivocados estamos si seguimos pensando y actuando de esa manera, debido a que el ser humano es el único en la naturaleza dotado de la capacidad de conocer y desarrollar valores y principios partiendo del hecho de ser racionales.
En el reino animal, ningún otro, aparte del humano, está dotado de la capacidad racional, entonces continúan las interrogantes: ¿Qué lleva a algunos ciudadanos a ignorar y a no despertar en su ser, ese vital interés por conocer y hacer que se haga realidad en la experiencia, los valores y los principios humanos? Aquí destaca LO JUSTO, de tal manera que, a todo ser humano le está dado por derecho natural mostrar rechazo y revelarse contra todo aquello que su elemental racionalidad le dicta que es injusto. Sino, veamos ciertas reacciones de los niños, por ejemplo cuando están jugando y descubren que algo, a su comprensión, no está bien. Esta expresión de rechazo les viene dada por derecho natural: RECHAZAR OPONIENDOSE A LO INJUSTO.
Siguen las interrogantes: ¿Por qué un grupo de ciudadanos calla cuando la inmensa mayoría, en su elemental sentido racional, sabe que se encuentra ante lo injusto? En ese sentido, no es necesario meterse en consideraciones filosóficas del tema JUSTICIA, por cuanto esta se encuentra intrínseca en cada ser humano como expresión de LO JUSTO.
Cierro este ciclo donde he abordado aspectos tan dados a la vida como: SEGURIDAD, BIEN COMUN y JUSTICIA, en cita del eximio Rubén Dario:«No son los muertos los que en dulce calma la paz disfrutan de su tumba fría, muertos son los que tienen muerta el alma … y viven todavía».
Asdrubal Romero Silva
Secretario Político municipal – DEM Barinas