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Hablar de estrategias, de objetivos y de planes para la recuperación del país, una vez se logre deponer el régimen que conforma la mafia de criminales colegiados, requiere de bastante inteligencia y de observar hacia todos los ámbitos donde se ha llevado el nefasto legado de un “nuevo ciudadano” signado por la mediocridad y la barbarie.
Debemos recordar que el punto de partida de nuestra lamentable división y odio que impera incluso hasta en las mejores familias, se debió precisamente a un mensaje con mucha fuerza de resentimiento social y revanchismo muy opuesto a la racionalidad, a la unión y a la fraternidad.

Con el concurso de unos medios de comunicación muy complacientes y cómplices de forma intencionada. Hoy la cuota de responsabilidad está develada y en el tapete con los movimientos del comunismo en el Continente y con la amenaza de llevar hasta todo el planeta tal germen y semilla dañina, por mandato de lo acordado en el Foro de Sao Paulo.

A ello le denomino el padecimiento del #SíndromeDeResentimietoSocial de muchos venezolanos que de forma frágil fueron y aún un sector significativo, son víctimas de tan terrible mal. Sin duda alguna que somos el epicentro de toda esta ola de desmanes, de abusos, de manipulaciones mediáticas, de caos y destrucción fuera de ley, que ocurre en Latinoamérica.

Es tiempo de empezar a sanar heridas profundas, logradas mediante el adoctrinamiento e ideologización que han causado mucho daño en nuestra sociedad, las instituciones han sido permeadas por el vicio de la corrupción y la ineficiencia, revertir todo el mal requiere de un trabajo de adecentamiento en el lenguaje, en las relaciones humanas, en el concepto de tolerancia y de fraternidad que existía como vínculo en los venezolanos.

Esta reflexión debe ser válida y que vaya de parte y parte hacia quienes se creen los dos polos indispensables y más influyentes del país, tanto del régimen como de la oposición. Pienso y sigo insistiendo que muy bien le viene a Venezuela la conformación de un Consejo de Notables. Experiencia que ya se puso en práctica, pero que no se le dio continuidad, de nuevo vuelve a la memoria de muchos tal medida de auxilio y emergencia nacional.

Determinar cuántos responsables de nuestra tragedia hay en Venezuela merece una reflexión, no creo que supere al 1% de la población, es decir, para colocar un ejemplo, en el sector castrense, la cúpula del alto mando militar que por cierto, tienen la intención de engrosar, según fuentes extraoficiales: ascienden a 1.176 generales y almirantes. ¡Jamás Venezuela tuvo tantos generales y almirantes en sus regimientos militares!, sin embargo, no supera al 3% del total de parásitos del sector castrense. El trabajo de reeducación que se tiene pendiente corresponde a quienes son la tropa y oficialidad media.

Las líneas maestras para tal trabajo deben emanarse de un Consejo de Notables que estudien con mucho cuidado el quehacer en cada institución de la vida civil en especial.

Recapitulando, me atrevo a afirmar (que me desmientan los especialistas en sociología o en psicología de la comunicación de masas), que todo comenzó con un asalto e invasión de nuestros medios de comunicación con abusivas cadenas de kilométricas chácharas, creo que nunca lo olvidará el venezolano que solo conocía de una sola experiencia aislada y muy timorata (La de Luís Herrera Campins).

Ha de ser a partir de una comunicación con mucha honestidad, con mucha concordia, con buena intencionalidad y con un mensaje muy alejado de la violencia y el odio lo que permitirá devolverle al país el rumbo hacia su reconstrucción. El respeto a pesar que no coincidamos debe ser ese punto de encuentro, dejando al lado el insulto, la rabia y el resentimiento.
Colofón: Nunca un barco llegará a puerto seguro con la tripulación dividida intentado navegar hacia sentidos diferentes que imponen irreconciliables bandos opuestos.

Hermes Varillas Labrador
Coordinador municipal de formación de cuadros – DEM Alberto Arvelo Torrealba (Sabaneta de Barinas)