Para quienes hemos recorrido las calles realizando política con ética dentro de Venezuela, ciertas veces escuchamos expresiones negativas como «esto no lo arregla nadie», «para esta situación no hay salida», afirmaciones que son rostros del desanimo, sumando los niveles de desesperanza creadas por quienes durante tanto tiempo intentan socavar nuestro futuro y por supuesto ese innato espíritu de buscar mejores horizontes que hay dentro de cada nosotros.
La historia reciente nos ha brindado ejemplos sólidos de naciones que en su momento fueron devastadas casi por completo por diversos acontecimientos tales como, guerras civiles, conflictos bélicos, tiranías criminales, etc. y que en el presente nos brindan un espejo donde gracias a la dedicación, el esfuerzo y sobre todo al empeño de superar las adversidades, se puede trascender de la destrucción al desarrollo, del fracaso y la desesperanza al éxito y al optimismo.
A medida que poco a poco vamos revisando la línea histórica de años recientes, vemos a países como Japón, Alemania, Singapur, Panamá, Chile, y en lo personal, mi ejemplo de superación, Nueva Zelanda, donde en su momento decidieron dejar a un lado la apatía y tomar el camino que les permitiría vencer las sombras de la oscuridad y renacer de la mano de la luz del desarrollo y la grandeza, dando lugar a ciertas interrogantes que así como yo, como ciudadanos de esta Venezuela, deberíamos preguntarnos a lo interno de nuestras reflexiones, si ellos lograron avanzar hacia un futuro mejor ¿por qué nosotros no podemos hacerlo? Naciones como las que mencione al principio de este párrafo, poseen ciertos recursos y virtudes que aprovecharon con suspicacia e inteligencia lograr ese objetivo, nuestro país no es muy diferente a ellos, ¿por qué no dar ese paso?
Dicen que cuando lo que sueñas y anhelas, lo deseas con la más fuerte de las convicciones, los resultados producto de esos esfuerzos hechos desde lo más profundo de tu ser, logran convertirse en una completa realidad, es por eso que pido a través de estas palabras, no afligir y nunca desistir, jamás rendirnos, porque lo vamos a lograr. Es necesario creer con firmeza que en poco tiempo seremos partícipes y testigos de una ruptura histórica jamás lograda, y que esas condiciones para una calidad de vida mejor, están a la vuelta de la esquina. No dejemos que nada ni nadie opaque nuestra fe y nuestra esperanza de vivir en una Venezuela distinta. Claro que romperemos las cadenas que oprimen nuestra libertad.
Licenciado en Contaduría
Renzo José Meza
Secretario político estadal de Vente Barinas
@RenzoJMeza