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Curioso que algunos funcionarios de USA consideren realismo mágico una operación de paz, cuando en este preciso momento en el mundo hay 14 en pleno desarrollo. Están allí por el deterioro de las condiciones internas de esos países, y no por voluntad de un enviado especial.

Para los incrédulos del realismo mágico, deben saber que en Venezuela existe:

1) Una masiva violación de los Derechos Humanos

2) Una amenaza regional constituida desde el Estado criminal

3) La potencialidad de un conflicto armado entre las facciones que controlan el territorio.

La fragmentación del territorio venezolano, acompañado del fortalecimiento de grupos armados irregulares; enriquecidos a través de actividades criminales y cada vez menos controlados por el régimen dada la asfixia financiera de sus operadores y testaferros, son una bomba de tiempo que puede explotar en medio de 28 millones de venezolanos, inocentes de un inmenso conflicto construido desde el chavismo, con múltiples bandos y que, sin lugar a duda va a requerir una acción de fuerza para contenerlo y neutralizarlo.

No podemos seguir evadiendo la realidad; pretender que el Estado Criminal va a ceder sus posiciones a través de llamados electorales u ofertas de gobiernos mixtos que compartan el poder con los verdugos, es meternos en un verdadero Macondo.

En tiempos de incertidumbre y conflicto, la legitimidad sólo proviene de la claridad de los objetivos. Es que, ¿17 meses de caos y fracaso no son suficientes para entender que se acabó el tiempo? Pero el enviado especial y el embajador creen que no, y se sienten ofendidos.

Es necesario que nuestros aliados comiencen a considerar que el objetivo principal y casi que único, es retomar el cese de la usurpación, no como cree el enviado especial y la embajada virtual, que la unidad del G4 y una estrategia básica de Carrot & Stick sacarán al régimen.

Pareciera que el enviado y el embajador no entienden que algunos de los convocados a sus charlas estratégicas son “gatekeepers” que evitan el cambio y les hablan al oído diciendo que todo lo que implique fuerza es inaceptable, y se molestan cuando los confrontan con el tema.

No les queda más remedio que llamar fantasiosa a quien convoque a la fuerza, pero no por lo irrealizable, sino porque intentan por todos los medios, inhibirla, pues saben que en el State Department sale más costoso reconocer un error que mantenerse en la política equivocada.

Sin embargo, en el DoD y en la NSA, como que piensan distinto. A diario declaran sobre la amenaza que representa el régimen venezolano y el poder de sus cómplices internacionales. No es muy difícil imaginar por cual opción se inclina Trump, considerando los éxitos del SouthCom.

Al final, la realidad de los hechos es más poderosa que cualquier embajador y como el proyecto chavista es el conflicto y la confrontación, no quedará otra que actuar como históricamente se ha actuado en estos casos y mientras más temprano se haga, más vidas se van a salvar.