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¿Caracas presenta las máximas cifras del Covid-19 en Venezuela? Lógico. No ha habido prurito alguno en permitir o propiciar la propagación del virus, en la búsqueda que ha proyectado el régimen criminal de una apariencia de normalidad.

La flexibilización oficializada desde el poder macabro, hace entender que semanalmente el virus se va de vacaciones. Nos deja para volver la siguiente semana. Así, en el metro de Caracas se padecede el habitual apelotonamiento humano. En todo el trasporte público de la gran ciudad. En mercados y otras zonas de actividad «normal» ciudadana.

A la par: el ocultamiento, la simulación de cifras, todas increíbles por todo costado. Son muchos más los casos y muchos más los muertos diluidos en infartos y enfermedades respiratorias, sin pruebas fehacientes que demuestren el verdadero aumento de la expansión de la enfermedad y la enorme cantidad de fallecidos a causa de ella.

Reducen las cantidades de pruebas, creen hacer ver que no hay mayor necesidad de protección en el país por causa de la pandemia, debido a los efectos de su supuestamente bien administrado control de la misma, y por tanto, propician una «vida» más normal. Mientras, acrece el ruido propagandístico de las fraudulentas elecciones.

La verdad, ya lo sabemos: les importa un bledo si la gente se contagia o no, si la gente muere o no. Su obsesión única es quedarse como sea en el poder, a costa de lo que sea. Eso incluye, también lo sabemos, el manejo de la idea sin contención de que su objetivo de permanencia lo llevarán a cabo a costa de vidas humanas.

Venezuela hoy es un pozo de inhumanidad, de crueldad instaurada desde el poder para dominar desde lo más alto del mismo, a todo aquel que en ella sobreviva como un estorbo. La penuria; incluso la muerte, es parte fundamental del proyecto político de permanencia. Incluye hambre, enfermedades, agonías de todo tipo. La única manera de desterrar esta enfermedad socio-política es echándolos del poder, sin compasión alguna, como la que ellos han evitado. Cualquier alternativa a esa posibilidad, significa mantener y prolongar la deplorable situación. El Coronavirus de este modo parece que encontró su cura en Venezuela: las fraudulentas elecciones que el mundo rechaza.