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Damos apertura a un año nuevo bastante controversial, pero que revela nuestras convicciones en medio de las presiones que nos dirigen a vencer, si, son nuestras convicciones inquebrantables la gran garantía de salida al oscurantismo actual.

Y cuando digo controversial hablo de: o salen los criminales, o nos acostumbramos al sistema… Pero, estoy plenamente convencido de que nuestra gente desea con el corazón ver al régimen criminal caer, y que paguen todo cuanto daño nos han causado.

Cada muerte en el asfalto por las protestas, -yo les llamo los mártires por la libertad-, en los hospitales por falta de insumos, en los “albergues” donde “tratan la pandemia”, por cada venezolano que día a día vive la miseria del comunismo en su alimentación, por cada familia separada, por cada venezolano que a pié y por trocha van caminando en búsqueda de calidad de vida, que en su patria no tienen.

Y me detengo en la diáspora, esa con más de 5.000.000 de ciudadanos venezolanos alrededor del mundo, haciendo vida, sudando parejo por su futuro, no en su tierra, sino en otras naciones.

¿Somos menos patriotas los que estamos fuera?

La respuesta a esta pregunta, es un rotundo ¡NO!

Somos venezolanos y esa vaina causa orgullo, se nos infla el pecho vale, al oír las notas del ¡Gloria al Bravo Pueblo! Ese mismo pueblo que con todas sus fuerzas pide que ese yugo repulsivo llamado socialismo-comunismo, encabezado por criminales en nuestras instituciones y en nuestro territorio, sean echados fuera.

Hay un éxodo grandísimo, que es más venezolano, patriota y republicano que los traidores que entregaron al país a Cuba, China, Rusia, Iran, Irak, Siria.

Días atrás, salió una malandra diciendo que propondrá se confisquen bienes a los exiliados, pregunto: ¿A quién robamos? Aquí los ladrones son otros. A usted señor lector y a nosotros, nos acompañan hermano y hermana, la decencia y las buenas costumbres.

También quiere proponer sea quitada la nacionalidad a la diáspora, como es bocona, no me parece raro que lo diga y pretenda.

No se hicieron esperar las impresiones y la indignación que causó el comentario de la infeliz en nuestros conciudadanos por la propuesta que pretende de quitarnos la nacionalidad a los exiliados y robarnos los bienes en Venezuela: ¡Dale! ¡Échale bolas! ¡Vuélvete loca! ¡Nada más hazlo!

A ver, ¿quieren provocar el más alto nivel de indignación en nuestros hermanos? Si, quieren provocarnos.

Hermanos venezolanos, ni usted ni yo hemos delinquido, ni entregado nuestra nación al interés de otro país o de una ideología, ellos sí lo hicieron, eso es alta traición.

Paisanos míos, ellos quieren arremeter una vez más quitándonos documentos como el pasaporte, la cédula, casas, tierras, pero hermanos, jamás dejaremos de ser nacidos en la República venezolana; sus colores son tuyos y míos, sus matices los llevamos grabados en la mente desde la infancia, el sabor de nuestra tierra es parte del día a día de cada venezolano, sea en Chile comiéndote tu arepa, en Argentina preparándote una hallaca, en Colombia con un sancocho, en Perú con una empanada, en Ecuador tomándote una malta, estamos en todas partes.

El régimen nunca podrá quitarnos la identidad. ¡Soy venezolano y eso no lo cambia nadie!

Hay cosas que van a pasar para bien, y juntos, como hermanos, estamos logrando mucho, hay un dicho que dice: cuando alguien camina, los perros ladran. Estamos avanzando y esos perros están ladrando, aunque sabemos que no son inofensivos, pero tenemos un bate en la mano que es la verdad para entromparlos en el terreno que sea, y están expuestos ante los ojos de nuestros aliados.

No perdamos el foco, mucho menos la identidad, eso sí, cuide lo suyo.

¡Haremos grande a Venezuela, otra vez!