Skip to main content
immediate bitwave Library z-library project books on singlelogin official

La destrucción de las empresas básicas de Ciudad Guayana es uno de los más grandes crímenes del socialismo del siglo XXI. Los albores de este complejo industrial enclavado en el sur del país datan de la fundación de la Corporación de Fomento (CVF), en 1946, por la Junta Revolucionaria de Gobierno de esa época, el decreto de su creación consideró la recepción de una suma correspondiente entre el 2 y el 10% del presupuesto nacional como parte de su capital anual.

Después del injurioso período de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez, otra de las instituciones que articuló la planificación central democrática con el desarrollo industrial del país, fue la Oficina Central de Coordinación y Planificación (Cordiplan), creada por Decreto Nº 492 en el mes de diciembre de 1958, con el fin de diseñar un plan de desarrollo armónico del país, su desarrollo industrial y el logro de la anhelada diversificación económica.

Derivado del ejercicio de planificación de Cordiplan se creó también, en diciembre de 1960, la Corporación Venezolana de Guayana (CVG), como un instituto autónomo que contempló entre sus objetivos, promover el desarrollo industrial de la región, tanto dentro del sector público, como del sector privado. Allí surge el Programa de Guayana, como parte del Plan Nacional de Desarrollo, y que se planteó a su vez una participación para diversificar la economía, impulsando el desarrollo de la industria básica y las nuevas exportaciones.

Después de un recorrido exitoso de al menos 48 años, ese proyecto se vino abajo; actualmente existen 21 Empresas Básicas adscritas a CVG, las cuales se desempeñan en diferentes áreas, como lo son el sector minero, forestal, aluminio y servicios. Empresas como Alcasa, Alucasa, Alunasa, Bauxilum, Briquetera del Caroní, Briquetera del Orinoco, BriqVen, Cabelum, Carbonorca, Comsigua, Conacal, CVG Fundeporte, CVG Internacional, CVG Minerven, Ferrocasa, Ferrominera, Refractarios, Rialca, Sidor, Tecmin y Venalum que se dieron a conocer a nivel nacional e internacional, que se perfilaron como la alternativa no petrolera de Venezuela y están paralizadas.

Uno de los problemas más graves hoy en día, es el de la generación eléctrica, ya que Edelca producía el 62% de la energía requerida en el país; no se hicieron las inversiones ni las adecuaciones tecnológicas necesarias, por ende, hoy los venezolanos sufrimos la falta de energía eléctrica tanto en el sector doméstico como en el industrial.

Otro de los casos más emblemáticos de destrucción premeditada es el de la empresa Ferrominera que llegó a tener producción de hasta 22 millones de toneladas de mineral de hierro. También Sidor que en el año 2007 logró una producción de 4.3 millones de toneladas de acero, convirtiéndose en el 4to productor de acero de Latinoamérica y el primer exportador del mercado andino, hoy en día solo quedan sobras.

El sector aluminio con Venalum, Alcasa, Carbonorca e Interalumina paralizadas, o en su mínima expresión, con más de 50.000 trabajadores en su conjunto sin producir y no cuentan con transporte, HCM, ni los beneficios derivados de las Convenciones Colectivas.

El modelo estatista y populista aplicado en Guayana, es el ejemplo de lo que no se debe hacer, aquí es donde se puede evidenciar que la lealtad al régimen está por encima de los conocimientos, trayectoria y preparación profesional de los trabajadores. El daño hecho al país es incalculable, las empresas de Guayana enviaban sus productos a zonas industriales de Carabobo, Miranda, Lara, Zulia y al resto del país.

La vía está clara y bien definida, Venezuela necesita un modelo de respeto a la propiedad privada, a la libertad individual, de reconocimiento al valor del trabajo y de un marco jurídico que en vez de espantar a los inversionistas les garantice la seguridad a sus empresas y emprendimientos. Para poder recuperarnos y reconstruir nuestro sector, es necesario salir del régimen comunista que solo ha traído decepción y miseria a nuestra tierra.

José Luis Alcocer

Economista y Comisionado Laboral de Vente Venezuela en el Estado Bolívar.