(Caracas. 12/03/2021) Según el Diccionario de la Real Academia Española, la palabra Autonomía significa: “1. Potestad que dentro de un Estado tienen municipios, provincias, regiones u otras entidades, para regirse mediante normas y órganos propios (…)”.
Actualmente, hemos observado en las redes sociales un gran alboroto y sobresalto por parte, fundamentalmente, de las autoridades universitarias de todas la casas de estudio “autónomas” del país porque el régimen castro-madurista pretende usurpar una de sus funciones administrativas con respecto al pago del personal universitario, algo que las universidades hacen a través de sus respectivas oficinas administrativas y que está entre sus funciones establecidas en el numeral 3 del artículo 9 de la Ley de Universidades vigente. Obviamente, esta acción representa una clara muestra de violación a los estatutos y leyes sobre el asunto, y con toda razón hay que hacer una oposición a dicha pretensión.
Ahora bien, si miramos más allá y hacemos un breve repaso por los antecedentes de lo que ha sido la relación del régimen con las universidades, nos encontraremos con que la política ha sido de constante asedio con respecto a lo económico, limitando cualquier tipo de libertades en cuanto a la ejecución de los recursos. Nos debe venir a la mente aquel decreto del gasto “suntuario” en donde había que pedirle permiso a la Vicepresidencia de la República para hacer cualquier tipo de inversión, y sin ese aval del vicepresidente no se podían ejecutar los recursos porque podían emitir castigos administrativos. La segunda jugada estratégica que tuvo el régimen fue en lo político, siempre con el chantaje de que no se podían hacer elecciones si no se hacían bajo los criterios impuestos por una ley de educación anticonstitucional, y esto ha traído como consecuencia que TODAS las autoridades para los cargos de gobierno universitario sean ilegítimas, lo que ha llevado a que las personas que actualmente “dirigen” a las instituciones de educación superior gocen de cierta duda sobre si representan el verdadero clamor de los universitario a los que dicen representar. Sin duda alguna, esto último ha sido la mejor arma del régimen, ya que autoridades desgastadas, sin respeto de la comunidad que dicen representar, se han convertido en pequeños monarcas que manejan las instituciones a su antojo.
Este panorama desolador que describimos fue el caldo de cultivo perfecto para la intervención universitaria, porque sí, ya la Universidad está intervenida. Y esto ha sido debido a que los universitarios en todo momento pensamos que estábamos tratando con un gobierno democrático y no con una tiranía, que demostró sus primeros pasos de acabar con el pensamiento libre cuando vulneró las normas de homologación, depauperando progresivamente la calidad de vida de los profesores, empleados, obreros y por supuesto, de los estudiantes. Los regímenes de corte comunista tienen dentro de su principal radio de acción acabar con el pensamiento libre, con la clase media y con todo aquello que pudiese hacer frente a sus pretensiones totalitarias. Es así como la depauperación de la universidad no es una sorpresa, es más bien algo que se espera. Este régimen llegó con la promesa de la educación para todos y hoy no hay educación para nadie, con la promesa de mejores oportunidades para los estudiantes, y el día de hoy la mayor oportunidad que los estudiantes tienen es irse de su país porque ni el pasaje pueden pagar; no pueden comer porque no hay comedor y lo más terrible: no pueden aprender porque no hay profesores. Para los profesores, el drama es superior, porque en este momento con sus salarios; no son capaces ni siquiera de poder llevarse el pan a la boca.
Entonces, ¿de cuál autonomía hablamos? La universidad se encuentra hoy en su mayor agonía. Es tan terrible el panorama, que observamos comunicados rimbombantes en apoyo a la autonomía universitaria, pero ¿para defender un sueldo miserable de $5 al mes? ¿De cuál autonomía hablamos si dependemos del Estado para absolutamente todo? Por fin, llegamos a la hora de nuestra definición: o luchamos realmente por el país y por la universidad o la terminamos de entregar.
Frente a esto, Vente Universidad propone:
1) La reinstitucionalización de la Universidad, renovando los cargos de elección con base a la Ley de Universidades vigente y desconociendo el ilegítimo TSJ y todo lo que emerja de este régimen criminal. Esta sería la verdadera expresión de resistencia, desobediencia y rebeldía.
2) Buscar apoyo internacional directamente desde la universidad, de manera de obtener financiamiento para combatir la emergencia que se nos presenta y poder honrar con un salario justo al personal universitario, que le permita por lo menos cubrir la canasta básica. Esto sería ejercicio de verdadera autonomía.
3) Con los recursos suministrados por las organizaciones internacionales crear los incentivos correctos para tener una política de recaptura del personal en diáspora y también de los profesores jubilados, proveyéndoles los medios necesarios para integrarlos a la formación on-line de los estudiantes. Esto mitigaría la fuga de cerebros del personal y promovería una rápida recuperación del nivel académico universitario.
4) Promover cursos especializados desde la universidad para otras instituciones en el mundo, de manera de recaudar fondos para la institución. Esto daría paso a que la universidad comience a generar sus propios recursos, de manera que con el tiempo comiencen a ser suficientes para hacer a la universidad menos dependiente del estado.
Debemos comprender que lo que se encuentra en juego actualmente no es solo la universidad, es la libertad de cada uno de los ciudadanos que integran nuestro país. La universidad debe ser guía de la sociedad en los momentos más oscuros. Ha llegado el momento más oscuro, estemos a la altura de la circunstancia. Es tiempo de actuar.
VENTE- UNIVERSIDAD
Marzo, 2021.
