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2020BarinasOpinión

Venezuela en democracia – Por Asdrúbal Romero

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En escritos anteriores he ido destacando aspectos donde se evidencia que el hecho de haber sido configurada Venezuela bajo la fórmula republicana -a partir de su Declaración de Independencia-, no determinó con ello el establecimiento directo e inmediato de un régimen democrático.

Aquí hay que resaltar que la realidad puso de manifiesto que dicha configuración republicana se hizo solo para diferenciarla de una monarquía al observar que, los caudillos republicanos procedieron a comportarse como verdaderos reyezuelos tiránicos a decir de las diversas experiencias que se suscitaron en la naciente «república» al punto de pelearse por parcelas de poder y de territorios de manera que, los denominados «patriotas libertadores» protagonizaron guerras fratricidas.

Con gran pena se recoge como importantes héroes de Carabobo (1821) se mataran entre ellos como se desprende de relatos de la llamada «Revolución de las reformas» que abarcó parte importante de la década de 1830 a 1840. De aquí en adelante, hasta inicios del 1900, todo fue una copia al carbón marcada por la anarquía y tiranía (alterada en suspenso por la intervención del tirano de Gómez quien se consumió 27 años), donde lo concerniente a la concepción y desarrollo de una república dedicada al aprovechamiento de los contenidos democráticos contemporáneos ya experimentados de manera favorable en otros países del hemisferio occidental nunca se pusieron en práctica a pesar de los intentos de algunos venezolanos que hasta su vida dieron porque así fuese.

La anterior relación es tan lamentable a decir que cuando por vez primera, a partir de la década de los años 60 del siglo pasado, al fin se logró un importante acuerdo orientado a implantar los postulados de una democracia, las conspiraciones y acciones en su contra no se hicieron esperar, a saber: por un lado, unas pretendidas guerrillas y por otro, las amenazas de cuarteles animados por regresar a las andanzas que se consideraban superadas.

Como es de observar, la concebida democracia siempre estuvo bajo amenaza, agravada, cuando los actores políticos jerarcas de entonces se atrincheraron en una especie de dictadura de partidos a modo de renovados reyezuelos, trasladando las prácticas de los tiranos del ayer a un esquema que si bien mostró importantes indicadores democráticos, en corto tiempo se fue desdibujando. Así, las facciones de conspiradores siempre al acecho esperaron su oportunidad. De allí al presente y, a modo de esos apasionantes relatos: «Del hoy a la vuelta del ayer».

La democracia sigue esperando con su caudal de: libertad, garantías a la legítima propiedad, prevalencia e imposición de principios y valores en torno a los derechos fundamentales hasta ahora alcanzados por la humanidad, favorabilidad, progresividad y desarrollo en mérito de desempeño y responsabilidades compartidas entre un Estado garantista y la ciudadanía consciente, castigo a la corrupción y demás delitos, en fin, confianza derivada de la seguridad para la ciudadanía bajo el imperio de la ley.

 

Asdrúbal Romero Silva
Abogado, Msc. en Ciencias Penales
Secretario Político Municipal – DEM Barinas
@AsdrubalRomer16